Avilés, Juan C. GALÁN

Los responsables del Real Avilés Industrial comienzan a darse cuenta de que la plantilla del primer equipo necesita retoques, aunque quizá demasiado tarde. El arreón de equipos llamados a competir con los blanquiazules por un puesto en la liguilla de ascenso, como el Lealtad o el Caudal, ha hecho que en el Avilés le hayan visto las orejas al lobo. Sin embargo, dentro del club las opiniones divergen. El técnico, Roberto Robles, se inclina abiertamente por incorporar al menos a un jugador. El máximo accionista, José María Tejero, no contradice al entrenador, pero avisa de que para entrar hay que dejar salir. Por último, el director deportivo, Ulpiano Cervero, navega entre dos aguas. «La plantilla es mejorable», reconoce, pero se alinea junto al dueño del club.

Robles observa necesidades en las posiciones de vanguardia. Sin embargo, el técnico es tajante a la hora de nombrar las condiciones. «Si fichamos, tiene que ser a un jugador que mejore mucho lo que tenemos y, claro está, que exista un interés mutuo: que el Avilés quiera contratarlo y que el jugador quiera venir al Avilés», comenta el entrenador berciano. Robles sabe que encontrará oposición a sus intenciones de reforzar el equipo por parte del club. El club no quiere más dispendios económicos y considera que la plantilla alberga al suficiente número de futbolistas. Es por ello que Robles no se pilla los dedos en sus declaraciones. «Si no se puede, no se puede. Habrá que arreglarse con lo que hay», comenta el técnico.

Ulpiano Cervero, por su parte, esgrime un argumento tan tradicional como inamovible en la filosofía del club: «Los canteranos son intocables. Si se ficha a un jugador más, se le dará la baja a otro, pero nunca a los que suben del juvenil. El entrenador ya lo sabe», comenta el director deportivo del Avilés. «Si Robles quiere contratar a otro jugador, que diga cómo lo hacemos», añade Cervero. No obstante, cabe la posibilidad de que el club utilice las fichas de Dani Granda, que fluctuará entre el primer y el segundo equipo, y de Sergio, cuyo futuro es una incógnita por motivos laborales.