Vegadeo, Mario D. BRAÑA

De forma inesperada, incluso para el propio interesado, Asturias podrá cerrar el ciclo olímpico de Pekín con un representante en remo. En los recientes Juegos Olímpicos se rompió una racha iniciada en Barcelona-92, siempre con un representante o más del banco móvil. Juan Pablo Barcia mantendrá viva esa llama y será, al mismo tiempo, el primer representante del remo del Principado en los Juegos Paralímpicos.

Juan Pablo Barcia Alonso (Vegadeo, 6-9-76) no tuvo más contacto con el deporte que algún partido de baloncesto, hasta que, en 2002, sufrió un accidente que le produjo una paraplejia D-12. Con 22 años tuvo que replantearse la vida, y por ahí entró, casi de casualidad, el remo. En su pueblo había una gran tradición, pero nunca habían contado con un remero discapacitado. Por no haber, no había ni botes adaptados a su minusvalía. Hasta que, por mediación de los directivos del club, en 2005 le consiguieron el que le serviría para dar el gran paso.

«Al principio, me costó un poquito, pero me gustó», recuerda Juan Pablo, que tenía la base que le había dado el trabajo con pesas. En cuanto pilló el equilibrio y la técnica del remo, los resultados no tardaron en llegar. Dos veces campeón de España en estos tres años, con el momento culminante hace dos meses del cuarto puesto en la Regata pre-paralímpica de Poznan (Polonia), que le dio el pasaporte para Pekín.

«No contaba con ir tan pronto a unos Juegos», reconoce Barcia. «Me sorprendió el cuarto puesto de Polonia y, además, a 18 segundos del campeón del mundo». Un éxito que quiere compartir con todas las personas que le han ayudado en el Club Remeros del Eo: «Empezando por mi entrenador, José Manuel Álvarez, y siguiendo por mis compañeros. Me entreno con ellos y hacen turnos para ayudarme a meter y sacar el bote».

El día 9, Juan Pablo Barcia estará en la línea de salida de las regatas preliminares, con el objetivo de meterse en la final A y asegurar el diploma olímpico. El único reparo con que viajó a Pekín tiene que ver con la climatología, consecuencia de su conversación con la única representante del remo español en los recientes Juegos: «Hablé con Nuria Domínguez y me dijo que en el campo de regatas hacía mucho calor». También tiene referencias de la otra cara de unos Juegos y espera comprobarlo personalmente: «Cuando acabe la competición, tendré seis o siete días para disfrutar del ambiente y de otros deportes. Me gustaría ver, sobre todo, el baloncesto, y también el atletismo y la natación».

Juan Pablo Barcia compatibiliza el remo con el baloncesto en silla de ruedas en el equipo del Thor Orto, consciente de que el deporte de la canasta nunca le habría dado la opción de ser olímpico. Por eso espera que Pekín sea sólo su primera experiencia paralímpica, teniendo en cuenta su margen de mejora. De momento, le ha pillado el tranquillo a su bote, un skiff «un poquito más ancho» de lo normal y con el asiento fijo: «También lleva dos flotadores de seguridad, que siempre van tocando el agua».