Oviedo, M. D. B.

Según figura en su ficha del Comité Paralímpico Español, «a los 11 años, se despertó y no podía mover las piernas». Entonces no lo sabía, pero lo que sufría Loida Zabala era algo muy serio: «Mielitis transversal crónica». En resumidas cuentas, una infección en la médula que le ha castigado a una silla de ruedas. Pero no se rindió. Diez años después, se siente una privilegiada al poder estar en Pekín.

Loida Zabala Ollero nació en Losar de la Vera (Cáceres), el 5 de abril de 1987, pero a efectos deportivos es y se siente asturiana. Es un caso parecido al de Francisco Ángel Soriano, un langreano de Las Tejeras afincado en Elche y que ha desarrollado toda su carrera como tirador olímpico por la Comunidad Valenciana.

Loida es una levantadora de pesas hecha en Asturias por voluntad propia. Como en su tierra no tenía posibilidades de aprender, preguntó por el mejor, y así se puso en contacto con Lodario Ramón. Dos años después de aquel encuentro, los resultados están a la vista: séptima en el Campeonato de Europa de 2007 y primera, con récord de España incluido, en la segunda prueba del Campeonato de España. «Me gustaban mucho las pesas y quería aprender rápido. Con Lodario vi que tenía una oportunidad, y no me lo pensé mucho. En Semana Santa de 2007 vine para Oviedo».

En su primera competición levantó (cogió, en el argot de la halterofilia) 45 kilos. En Pekín, si responde a lo que ha hecho en los últimos entrenamientos, andará por los 85, lo que, en opinión de Lodario, valdrá un diploma. No es el único beneficio que le da el deporte: «También lo noto al meter la silla de ruedas en el coche. Ahora no me cuesta nada». Loida nunca se planteó el deporte como una vía de escape: «No tuve problemas psicológicos. Después de estar en una cama, pasar a una silla de ruedas es una gran suerte. Hay que valorar lo que se tiene. Y yo tengo los brazos». Y una cabeza amueblada: «He hecho el ciclo superior de Administración y Finanzas y ahora voy a empezar Informática».