Máximo accionista del Sporting

Gijón, Víctor RIVERA

José Fernández Álvarez vive con un pie en Marbella y otro en Gijón. Y la cabeza siempre puesta en el Sporting. Este empresario gijonés ha estado siempre relacionado con el balón. Primero, en sus tiempos mozos, como futbolista. Más tarde, como presidente e inversor del Sporting, el club de sus amores. La pasión por el fútbol le viene de casta. Su padre, José Fernández, recibió no hace mucho un homenaje del Gijón Industrial. Fernández disfruta estos días en Gijón con la permanencia del Sporting y ataja los rumores sobre una posible venta del club. Dice haber aprendido de los errores del pasado para no volver a cometerlos y confía en que el Sporting recupere Mareo y toda su grandeza en un futuro próximo. Su sueño imposible está claro: que el sportinguismo reconozca sus méritos igual que criticó sus errores.

-¿Sufrió mucho en el partido ante el Recreativo?

-Lo pasé mal, con muchos nervios. Muy intranquilo. Lo vi por la tele, en Gijón y solo. En el primer tiempo lo pasé mal porque la cosa no estaba clara.

-Al final, ¿mereció la pena?

-Los sufrimientos, cuando tienen final feliz, siempre merecen la pena.

-¿Qué balance hace de esta temporada?

-Creo que ha sido una buena temporada. Por lo menos se ha cumplido el objetivo, que era quedar en Primera División y que la afición quedara contenta. Ahora hay que esperar que la próxima temporada sea un poco más tranquila. Este año hubo una fase intermedia de tranquilidad en la que parecía que los deberes estaban hechos. Era una falsa ilusión. La realidad demostró que, como siempre, los últimos dos meses son los decisivos. Es algo que pasa en Segunda, en Primera, para arriba y para abajo. Los ocho últimos partidos son los que marcan la clasificación final.

-Ya que habla usted de la afición, ¿qué le parecen la «Mareona» y los llenos de El Molinón?

-Yo creo que es la mejor afición que uno puede desear. Creo que la afición del Sporting está dando ejemplo en todos los sitios y, sobre todo, en El Molinón. Es impresionante cómo acuden al campo, la cantidad de ilusión que le echan y la falta de crítica que tienen en cualquier circunstancia. Más bien todo lo contrario.

-Se parece poco a aquella tribunona exigente de antes.

-No se parece en absoluto. Yo creo que la gente joven que se ha incorporado al fútbol, nos va dejando de lado a los mayores y nos va diciendo que hay que aportar cosas positivas y que la crítica no vale de nada. La crítica está bien para los medios de comunicación, pero los aficionados tienen que estar ilusionados, apoyar y disfrutar. Para no disfrutar, no merece la pena ir al fútbol. La gente joven va al fútbol a pasarlo bien y a animar, que es lo que da gusto.

-La afición está entregada al equipo y al entrenador?

-Totalmente. Están totalmente entregados al equipo y el entrenador es una parte más del equipo.

-En otros tiempos, esa mala racha de resultados al final de temporada podría haberle pasado factura al técnico.

-La afición es muy sabia y sabía de sobra que el Sporting arrancaba con unas garantías deportivas mínimas por el presupuesto y porque acabábamos de ascender a Primera División. Y la afición sabía que era una temporada para sufrir y así lo ha considerado y por eso ha apoyado hasta el último minuto. La afición no falló nunca, ni al principio, ni al final, ni en el intermedio.

-Dicen que el segundo año es muy complicado, ¿qué pasos tiene que dar el club ahora?

-Lo próximo siempre es lo más difícil, en todo, en el fútbol y en la vida. Para el Sporting no tiene por qué ser peor. Hay una experiencia, una plantilla que ya lleva un año en Primera y supongo que los técnicos también saben dónde hay que aplicar la medicina, si es que hay que aplicar alguna.

-¿Y qué le parece a usted la continuidad de Preciado?

-A mí, fenomenal. El Sporting, por la situación, por la afición, por el estadio, por toda la ciudad, es el equipo que más se parece a la Liga inglesa. Nosotros teníamos que conseguir tener un entrenador de ocho, diez o doce años, para que la cantera pudiera ser bien explotada. El entrenador, sea éste o sea quien sea, debería estar indefinidamente. Creo que sería lo bueno, porque así se trabajaría siempre con un sistema de juego y con un conocimiento del club, que es imposible si cambias cada año.

-Lo más urgente, ¿es corregir el sistema defensivo?

-Los goles los recibe todo el equipo, no se puede echar la culpa al portero y a los defensas, los reciben todos. Tendrán que buscar mejoras generales, adelante, atrás, en el medio y en todos los sitios. Para hacer un equipo más competitivo y, si puede ser, no llegar al último partido jugándote la vida. Eso tampoco es fácil. El Sporting no fue el único equipo que se la jugó hasta el final, de hecho acabó el décimo cuarto. Hubo cinco equipos que estaban con la soga al cuello el último día.

-¿El objetivo volverá a ser la permanencia?

-Hombre, yo ahí no entro. Ése será un tema de la secretaría técnica y del consejo, por supuesto. Pero yo creo que tampoco se puede aspirar a mucho más. Desde la televisión que yo veo, no se puede aspirar a mucho más. Los seis u ocho que están arriba manejan unos presupuestos multimillonarios.

-¿Cree que hacen falta muchos fichajes?

-No lo sé. Eso lo tiene que hablar con Emilio de Dios y con Preciado que son los que saben y los que deben de saber.

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