Brignoles (Francia), Efe

Carlos DE TORRES

El británico Mark Cavendish, de 24 años, el «bólido» del Columbia, aprovechó el primer duelo al sprint del Tour 2009 para imponerse con enorme superioridad en la meta de Brignoles, tras una jornada de calor que no cambió la general, por lo que el suizo Cancellara subió de nuevo al podio a recoger su maillot amarillo. Conservó los 18 segundos de ventaja respecto al español Alberto Contador y los 19 sobre el británico Bradley Wiggins.

Cavendish aplicó la máxima de la vieja escuela velocista, según la cual si en los últimos 200 metros se encuentra al frente de los «guepardos» resulta imbatible. No falló el doble campeón mundial en pista, modalidad de Madison, llegado al profesionalismo en ruta hace apenas tres años, cuando se convenció de sus posibilidades de cambiar la superficie de madera por el asfalto. Ya el pasado año ganó cuatro etapas en la ronda francesa.

Final escrito en la primera etapa en línea del Tour, marcada por la temperatura asfixiante y algunas caídas que sembraron el pánico en el pelotón. Entre los más destacados que se fueron al suelo, el español Igor Antón (Euskaltel) y el luxemburgués Frank Schleck (Saxo).

La fuga consentida de la jornada se formó en el kilómetro 25 con el holandés Clement (Rabobank), los veteranos franceses Dessel (Ag2r) y Augé (Cofidis), y el finlandés Veikkanen (Française). Un cuarteto «amable» para los intereses de los favoritos y accesible para los equipos de los sprinters. Con este escenario los hombres de Cancellara se pusieron el mono de trabajo, a cumplir con la defensa del maillot amarillo, un proyecto goloso con la perspectiva de mantenerlo hasta los Pirineos, si antes aguantan al Astana de Contador en la contrarreloj por escuadras de mañana en Montpellier.

Con las cuatro «tachuelas» de la jornada ya superadas, la ventaja de los fugados se situaba en 4.30 minutos a 43 kilómetros de meta, momento en el que apareció en cabeza el primer hombre del Columbia. Comenzaba la persecución en busca del sprint, sumándose al trabajo de aceleración el Cervélo de Sastre, ahora en busca del sueño de sus hombres bala, el noruego Hushovd y el alemán Haussler.

Fin de la fuga a diez kilómetros de meta. Los lanzadores, a escena, y tras un intento estéril del ruso Ignatiev (Katusha) el Columbia metió la directa hasta que a falta de 400 metros Cavendish aplicó la ley del más fuerte para llevarse la victoria.

Hoy la meta estará en Motte, tras 196,5 kilómetros con dos cotas de cuarta. Otra oportunidad para los llegadores; otra para Cavendish.