Gijón, Eloy MÉNDEZ

Miguel de las Cuevas está encantado de ser jugador del Sporting. El extremo alicantino no escatimó ayer piropos hacia su nuevo club durante su presentación oficial en la Escuela de Fútbol de Mareo. «Me motiva mucho el juego atrevido de Preciado, es muy interesante para los que somos atacantes», dijo nada más llegar a la sala de prensa. «Me han hablado maravillas de la ciudad y del equipo», añadió. «Vengo con toda la ilusión del mundo», concluyó. Después, se calzó las botas y se vistió la camiseta sportinguista para recibir la ovación de los seiscientos seguidores que le esperaban en el campo número 1. «Esta afición es una pasada», apuntó para finalizar su lista de parabienes.

El ex-futbolista del Atlético de Madrid llegó a Mareo con casi una hora de retraso respecto a la anunciada, debido a problemas con el tráfico a la salida de la capital de España. Aún así, los fieles no desesperaron y le recibieron con un fuerte aplauso nada más apareció acompañado del secretario técnico Emilio de Dios. «Me decanté por el Sporting a pesar de tener otras ofertas porque cuando juegas a fútbol siempre preguntas a otros compañeros por los equipos y todos coincidieron en que en Gijón hay muchas ventajas con respecto a otros sitios», manifestó. Un argumento que debió pesar más que los objetivos por los que luchará la próxima campaña el Sporting, mucho más modestos que los de su anterior club. «Yo lo que quiero es ganarme un sitio, vengo a jugar a fútbol, ése es mi objetivo», señaló. Y lo hará «donde haga falta», bien por cualquiera de las dos bandas o bien en la mediapunta.

De todas formas, lo más probable es que De las Cuevas se tenga que hacer cargo del juego atacante por el costado derecho, uno de los flancos débiles del Sporting durante toda la pasada campaña. Por el momento, y a falta de confirmar la salida de algún jugador, deberá competir con Pedro y Maldonado para ese puesto que, en principio, lo tiene casi asegurado. «Tendré que demostrarlo en cada entrenamiento y en cada partido», matizó ayer. Tras su bautismo en el fútbol como jugador del Hércules de Alicante, De las Cuevas, de 23 años, recaló hace tres años en el Atlético de Madrid como un fichaje de futuro prometedor. Sin embargo, varias lesiones truncaron su progresión y, finalmente, esta temporada fue declarado transferible por el club colchonero. Aún así, la entidad madrileña se ha reservado la posibilidad de repescarlo al final de cada una de las cuatro temporadas por las que ha firmado por el club gijonés. «Esa posibilidad existe, pero yo sólo pienso en el Sporting y vengo para jugar aquí por cuatro años», afirmó ayer, tras restarle importancia al hecho de ser el primer jugador por el que la directiva de la sociedad gijonesa ha pagado dinero desde hace muchas temporadas. «Eso no lo decido yo, es cosa de otros», apuntó entre risas.

Tras las palabras, llegó el momento de los hechos. El extremo se vistió de corto y cumplió con el protocolo: toques de balón, saludo a los niños del campus de verano de Mareo, besos al escudo y firma de autógrafos. Un ritual que completó «feliz», como ayer se mostró De las Cuevas ante su nuevo reto profesional.