En las dos últimas semanas, mucha gente ha podido reprochar mi silencio, pero ahora quiero explicar los motivos que me han llevado a mantenerme callado.

Es cierto que mantuve una reunión con el máximo accionista del Real Oviedo, Alberto González, y en ella se me planteó la posibilidad de hacerme cargo del banquillo del primer equipo, siempre dentro de una estructura técnica que englobaba a todo el mundo que se encuentra trabajando en estos momentos, y muy bien por cierto, en el Real Oviedo, con Raúl González y José Manuel Martínez a la cabeza. Si no fuese por el equipo que es, no me sentaría a hablar con un equipo de Segunda B, pero el Real Oviedo es un caso diferente para mí.

Hace 10 años pasé una de las mejores temporadas de mi carrera profesional en el antiguo Carlos Tartiere. Trabajé con gusto. Me sentí querido y respaldado por una afición a la que no he olvidado, ni creo que nunca lo haga, pero el destino hizo que nuestros caminos se separasen. Desde el mismo día en que salí de Oviedo, en mi cabeza siempre estuvo la idea de poder regresar. Y ese deseo sigue igual de intacto.

Quizás alguno se pregunte ¿Por qué no aceptar la oferta? La respuesta no es del todo sencilla. No es un problema de la categoría deportiva, porque en eso el Real Oviedo siempre será un equipo de Primera. Por otra parte el proyecto ilusionante y serio de retorno a Primera que me presentó Alberto me atraía increíblemente. La única verdad es que después de aquella conversación con Alberto González se plantearon varias alternativas profesionales que hicieron que tuviese que darme un plazo de tiempo para reflexionar y decidir.

Ahora, es el momento de tomar una decisión y esta es la de no aceptar la propuesta realizada por el máximo accionista de la entidad, sin que ello suponga una renuncia por mi parte a que en un futuro, ya sea cercano o más largo plazo, mi camino y el del Real Oviedo se vuelvan a unir. Confío en que los oviedistas sepan entenderlo y que no cambien sus sentimientos hacia mi persona porque siempre les he sentido muy cerca y quiero que siga siendo así.

Lo que jamás estuvo en mi intención fue perjudicar al Real Oviedo. Ni a sus dirigentes, ni mucho menos a sus técnicos y futbolistas. Si alguien se sintió dañado por la demora de mi contestación vayan mis disculpas de corazón por delante y que todos sepan que desde hoy, y como siempre, el Real Oviedo tendrá en Fernando Vázquez un seguidor más que espera festejar sus éxitos deportivos, como hice con el último ascenso frente al Mallorca B.