Oviedo, Álvaro FAES

«¿Crees que Fernando seguirá con nosotros?». La pregunta sale de las mismas entrañas de Renault. Aunque las victorias no llegan, el efecto motivador del asturiano cala hasta en el último empleado. Pero en la sede de la divisa del rombo van por la vía de los hechos y no se demoran en conjeturas: trabajo, trabajo y trabajo. Pese a su fama de playboy, Flavio Briatore insufla a su gente la filosofía de no bajar los brazos. Con perseverancia, el éxito acaba llegando y, aunque el domingo de Nürburgring no terminó en fiesta, sí aparecieron las primeras sonrisas en muchas semanas.

«A ver si podemos seguir evolucionando. Los grandes equipos como Ferrari, McLaren o nosotros debemos volver a luchar por las victorias». La frase de Briatore trasluce satisfacción, pero también transmite exigencia. De nada servirá la vuelta rápida del asturiano si en Enstone se duermen en los laureles.

Alonso tuvo en Alemania ese pasito hacia adelante que siempre pide y ahora el GP de Hungría aparece con otro tono. Solucionar los problemas con el embrague y mejorar el rendimiento de los sábados está marcado en rojo en las agendas de los ingenieros de Renault. Si lo consiguen, el sueño de repetir un brillante final como el de 2008 será menos utópico.

Que comience la transformación del R29 es una parte del plan de Renault para lograr que Alonso se quede con ellos. Tener un coche competitivo es un argumento sólido. La escudería está volcada y no para de lanzarle guiños. El último, la exhibición del 5 de septiembre en Oviedo. En el departamento de marketing sueñan con su continuidad, lo que facilitaría también la búsqueda de patrocinador ante la salida de ING.

Y es que el dinero, y más en los tiempos actuales, es una de las patas fundamentales del banco en el que se asienta la F1. Quien mejor optimice sus recursos estará más cerca de las victorias. Ferrari ya ha cerrado el grifo este año. Anuncian que no habrá más evoluciones para el F60 y que todos los esfuerzos miran ya hacia 2010. «Cerrado el caso Alonso, Raikkonen busca acomodo en BrawnGP». La rotundidad que exhibía uno de los diarios más serios de Italia choca con las informaciones que salen de la casa del Cavallino. Allí se remiten a los contratos de Raikkonen y Massa, los dos con fecha de caducidad al final de 2010. En el entorno de Alonso, en tanto, cierran filas sobre un asunto del que dicen estar algo cansados, pero nunca desdeñan la ambigüedad en la que empieza a ser tradicional que se muevan cuando las temporadas pasan el ecuador.

La vía de entrada solo la puede habilitar Raikkonen. Massa es ahora el hombre fuerte de la casa. El peso del finlandés está en decadencia, pero no parece que vaya a renunciar sin más a los 20 millones largos que se embolsa por temporada. Eso sí, sus representantes anduvieron por el paddock de Nürburgring el pasado fin de semana y se dice que han preguntado por la situación en BrawnGP y en Toyota por si hubiera que buscar un volante a su cliente.

Sea como fuere, el rumor de que lo de Alonso con Ferrari está hecho es cada vez más fuerte y la caja de resonancia del paddock devuelve el susurro amplificado según pasan los días. Y cada vez son más quienes se apuntan a la teoría de que el asturiano vestirá de rojo en 2010.