El ciclista español Alberto Contador (Astana) es el nuevo patrón del Tour de Francia después de mostrar su poderío en la ascensión al suizo Verbier, con un imponente ataque a falta de cinco kilómetros que no encontró respuesta en ningún favorito, ni siquiera en su compañero Lance Armstrong, que asumió quien es el auténtico jerarca de la 'Grande Boucle'.

Sólo el magnetismo que ejercía Armstrong y su leyenda, así como su innegable palmarés en la ronda gala, habían impedido descubrir el verdadero Tour, el de los más fuertes cuando la montaña serpentea en altitud y el de los capaces de elevar el pulso para alcanzar la gloria en las grandes cimas montañosas de esta increíble carrera.

Contador fue ese protagonista que necesitaba la carrera, con un arranque mayúsculo a cinco kilómetros de meta, para 'borrar' el liderazgo de Armstrong. El de Texas también contribuyó porque al incuestionable mérito de luchar por un Tour con 37 años, y tres años después de su retirada, sumó cierta debilidad en las rampas más duras de Verbier.

Le ayudó no obstante el trabajo de uno de sus fieles escuderos, el alemán Andreas Kloden, pero no sólo se le sublevó Contador sino también otros aspirantes como los hermanos Schleck (Saxo Bank) o el sorprendente Bradley Wiggins (Garmin).

El ataque de Contador fue un verdadero balazo, a imagen de cómo festeja sus triunfos. A cinco de meta, sin precauciones, apoyando toda su fuerza sobre las bielas y tirando sin freno hasta la meta. Ya no le interesaba lo que sucedía por detrás, sólo abrir una brecha que le permitiera aglutinar todos los focos de la ronda gala.

Contador se golpeó el pecho y protagonizó su habitual disparo en línea de meta. Victoria en la primera etapa alpina y maillot amarillo, como el de 2007 y que da continuidad a los éxitos nacionales en la prueba por etapas más importante del mundo. Sastre lo hizo el año pasado en otra estación de esquí, más mítica como Alpe D'Huez, y ahora lo hace Contador, único favorito para el escalón más alto del podio en los Campos Elíseos.

'BATALLA' A LA ESPALDA DE CONTADOR

El madrileño definió la nueva jerarquía del Tour. A su espalda se fraguó otra batalla distinta, la de aquellos que asumen su inferioridad respecto a Contador y buscan ya el podio. Armstrong decayó. No pudo seguir el ritmo del pinteño y subió a 'tren' acompañado de Kloden para permitir un minuto y medio en relación al nuevo patriarca. Se le rebelaron además Frank Schleck, Bradley Wiggins o Vincenzo Nibali, que llegaron por delante.

También Carlos Sastre (Cervelo) porque el madrileño afincado en El Barraco fue de menos a más para llegar con los mejores y quedarse todavía con opciones de podio, sobre todo ahora que llega su terreno, la tercera semana de una 'grande'.

Entremedias de Contador y sus perseguidores se situó el joven Andy Schleck (Saxo Bank), único capaz de aspirar a la rueda de Contador en Verbier y que cedió unos 40 segundos en línea de meta. El luxemburgués, llamado a ser la gran alternativa de Contador en los próximos años, mantuvo el tipo y se mantiene en la lucha por un podio muy abierto.

La chispa se encendió en las primeras rampas de Verbier, la penúltima llegada en alto del Tour, gracias sobre todo al ritmo de aproximación impuesto por el Liquigas y sobre todo el Saxo Bank, valiente en su apuesta. Primero fue Jeans Voigt quien hizo un kilómetro bestial en el inicio de Verbier y luego la 'locomotora' Cancellara terminó de 'reventar' el Tour, haciendo la gran selección.

Contador asumiría luego los galones definitivos de la prueba, que vivió su primer gran capítulo, a la espera de que el Astana se comporte con su nuevo líder y le protega hasta los Campos Elíseos de París.

Mañana toca jornada de descanso

El pelotón del Tour de Francia vivirá mañana una segunda jornada de descanso un día antes de afrontar los últimos días de competición, la traca final que promete grandes emociones tanto en la montaña como el la contrarreloj.

Tras haber afrontado en Verbier la segunda de las tres llegadas en alto del Tour, los ciclistas podrán aprovecharse de un reposo en tierras helvéticas, con la vista puesta en la preparación de una dura recta final.

Los dos siguientes días afrontarán las dos etapas alpinas que restan a la edición y el jueves tendrán que enfrentarse a los 40,5 kilómetros de cronometrada entorno a Annecy.

Tras una transición el viernes, la carrera quedará lista para la sentencia que dictará en esta edición el ascenso al temible Mont Ventoux, en cuya cumbre se sitúa la meta de la etapa del sábado.

Ahí habrá quedado perfilada la general, lista para el paseo triunfal del ganador por los Campos Elíseos de París.

Agencias