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Una vez abierta la lata, el Barça se dio una nueva tregua y el Sporting se puso bravucón. Fue más una sensación que una reacción. Los minutos transcurrían sin demasiadas incidencias hasta que Guardiola dio a la tecla de la presión y su equipo decidió asegurar la victoria. El campo basculó entonces hacia la portería de Juan Pablo y las ocasiones se sucedieron a intervalos de hasta dos por minuto. El rodillo culé estaba en marcha.

La cosa no pintaba bien y fue de nuevo en un córner donde la ilusión del sportinguismo se fue al garete. Esta vez Xavi sacó en corto, Alves centró y Keitá emergió como un mariscal del área para fusilar con la cabeza a un Juan Pablo impávido. El descanso fue un bálsamo para un Sporting que no era capaz de achicar el agua que entraba por todas las fugas abiertas.

En los primeros minutos del segundo tiempo, el partido se convirtió en un intercambio de golpes. Diego Castro, Bilic y Barral buscaron la gloria de marcar en el Camp Nou. Mientras, en la portería contraria, el Barça no se olvidaba del Getafe y afinaba la puntería para tratar de alcanzar el liderato desde la primera jornada.

Zlatan Ibrahimovic no paró hasta que marcó. El sueco lo intentó por todos los medios. Con las cualidades que mostró ayer, parece seguro que va a ser uno de los grandes goleadores de la Liga. Al final vio puerta de cabeza y si no firmó más goles fue porque lo único que le falta es calibrar su cañón. Quien ya lo tiene perfectamente afinado es Keita. El africano siguió siendo el dominador del espacio aéreo y en un nuevo córner ganó la acción a toda la defensa rojiblanca y estampó su poderoso testarazo en un poste del que saltaron astillas.

Gregory se inspiró con el azulgrana y también logró rematar un córner en el área de Valdés, pero su remate se marchó a la derecha de la portería. Fue la última gran ocasión del Sporting, a partir de ese momento ya sólo existió una portería, en la que Juan Pablo hizo lo que pudo para repeler las acometidas de una fiera hambrienta que buscaba el liderato.

El portero leonés rechazó sucesivamente los intentos de Pedro, Bojan e Ibrahimovic. Otras veces tuvo la suerte de que a los delanteros azulgranas se les marchasen fuera sus remates. Así pasaban los minutos hasta que Dani Alves metió el enésimo balón al área del Sporting. Lejos de despejarlo, Gregory lo prolongó hacia Ibrahimovic quien, en posición dudosa, remachó a placer tirándose en plancha.

Lo único interesante en los minutos que quedaban era ver si el Barça lograría el gol que lo situase al frente de la clasificación o si el Sporting aguantaría el tipo y evitaría situarse como farolillo rojo en la primera jornada.

La buena noticia es que Preciado tiene dos semanas para rearmar a su equipo y mentalizarlo de que la Liga empieza con la visita del Almería, un rival directo, a El Molinón. Ahí sí que ya no valdrán excusas. Para evitar los apuros de la temporada anterior, el Sporting debe hacerse fuerte en su estadio y amarrar los puntos que se disputen en su feudo. Aunque para ello necesite que los operarios que trabajan en la remodelación tapien su portería. Por lo demás, ya lo dijo fray Luis de León en su primera clase en la Universidad de Salamanca tras varios años en prisión: «Como decíamos ayer...». Pues eso.