Abu Dabi, Agencias

La ausencia del argentino Lionel Messi fue la principal noticia en el primer entrenamiento realizado por el Barcelona en Abu Dabi, en un cuidado campo de fútbol de una instalación militar de la capital de los Emiratos Árabes Unidos, al margen de la mirada de curiosos y aficionados, por lo que no se espera pueda estar para jugar mañana contra el Atlante mexicano (17 horas, Teledeporte) en la segunda semifinal del Mundial de Clubes.

El argentino ya no participó en el partido del domingo contra el Espanyol debido al esguince de tobillo de grado dos que se produjo en la última jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, en Kiev ante el Dinamo.

El conjunto azulgrana realizará esta tarde una nueva sesión, pero no se espera que el jugador argentino, aunque acabe entrenándose con sus compañeros, pueda participar en el choque frente al Atlante.

El entrenador azulgrana, Pep Guardiola, ha decidido adelantar el entrenamiento de hoy y su posterior comparecencia ante los medios para poder presenciar el encuentro de esta tarde entre el Estudiantes de la Plata argentino y el Pohang Steelers coreano, de donde saldrá el primer finalista del Mundial de Clubes.

Otro jugador que podría caerse en el equipo azulgrana es Seydou Keita, que padece unos pequeños problemas en los isquiotibiales.

El capitán barcelonista, Carles Puyol, destacaba tras el entrenamiento que el Barça «ya ha hecho historia» con su recorrido de este año, ganando los cinco títulos en juego (Liga, Copa del Rey, Liga de Campeones, Supercopa de España y Supercopa de Europa), pero ha reclamado a sus compañeros un «último esfuerzo» para cerrar el año con un sexto título en el Mundial de Clubes, trofeo que falta en las vitrinas del conjunto azulgrana.

«El equipo ya ha hecho historia. Queremos más y por eso estamos aquí. Puede ser una temporada perfecta. Éste es el objetivo: llevarnos también el Mundial de Clubes», dijo el central azulgrana, que se entrenó junto a sus compañeros en una instalación militar en Abu Dabi, con una temperatura que rondaba los 25 grados centígrados.

Puyol señaló que el Barcelona «no está obsesionado» con este Mundial y sí, en cambio, tiene «depositadas en él muchas ilusiones», especialmente por no haber ganado el torneo en 2006, cuando cayeron en la final por 1-0 ante los brasileños del Internacional de Porto Alegre.

«Entonces lo dejamos escapar, pero ahora volveremos a intentarlo aún con más ganas que entonces, pues somos conscientes de que lo que puede conquistar el equipo es muy difícil que pueda repetirse. Es probable que estemos ante una oportunidad única y hay que aprovecharla», señaló Puyol, quien confió en que el largo viaje y el duro calendario no pase factura al equipo en Abu Dabi.