Abu Dabi (EAU),

Álex SANTOS / Efe

Con Messi en el campo, el Barcelona es más fuerte y mejor equipo, certeza que se volvió a cumplir en la semifinal del Mundial de clubes, ya que la entrada del argentino en acción, tras ser suplente, contribuyó de forma notable para que su equipo se impusiera al Atlante mexicano y alcanzase la final del torneo. Messi desatascó el partido y Pedro lo cerró con un gol que metió al delantero canario en la historia: es el primer jugador que consigue marcar en seis competiciones en la misma temporada.

El Atlante desplegó un dispositivo en defensa para alejar al Barcelona unos cuarenta metros de su portería, con dos claras líneas de cuatro jugadores en cada una, que impidieron que Xavi, Iniesta, Touré y Busquets tuviesen espacios. El Atlante no se amilanó en ningún instante y cuando tuvo el balón intentó moverlo con criterio. Las cosas se le pusieron bien cuando sacó el máximo provecho de un balón largo. Márquez y Alves no estuvieron atentos y se aprovechó Rojas, que hizo un sombrero a Valdés en su salida y marcó a puerta vacía.

El balón, a partir de entonces, fue en exclusiva del Barça, a excepción de un par de jugadas que volvieron a congelar el ánimo azulgrana. Como en el minuto 11, en que Fernando Navarro encaró solo a Valdés pero centró sin precisión. Después, el Atlante se vio claramente superado por el Barcelona, que encontró el premio cuando Busquets mandó a la red un balón peinado por Touré.

Tras el descanso, Guardiola se decidió por un doble cambio que rompió el partido. Sobre todo por la entrada de Messi, que nada más pisar el césped recibió un pase de Ibrahimovic, regateó al portero y con un disparo cruzado marcó entre la algarabía de un público entregado al astro argentino.

Fue un duro mazazo para el Atlante, aunque Rojas en el 59 elevó el ánimo de los suyos con una internada en solitario que no acabó en gol por poco. Pero el Barcelona ya era el dueño del partido y, en una brillante acción, Iniesta colocó el balón a los pies de Pedro, que no desaprovechó la oportunidad de hacer historia: ha marcado goles en la Liga, la Copa del Rey, la Liga de Campeones, las dos Supercopas y el de ayer en el Mundial.

A pesar de que el Atlante no desfalleció, se vio incapaz de frenar la avalancha de juego ofensivo a la que le sometió el Barcelona hasta el final del partido, que obligó al lucimiento de su guardameta.