Oviedo, Elena CASERO

El Oviedo espera llegar en las próximas horas a un acuerdo con el Toledo para fijar en el calendario la fecha en la que reanudarán el partido aplazado el domingo.

La intención del club azul, según señaló ayer el técnico, Pichi Lucas, es aprovechar uno de los desplazamientos que tiene pendiente el equipo entre los meses de enero y febrero para jugar los 45 minutos que faltan. «Lo que queremos es que suponga el menor coste posible al club y que el equipo no tenga que viajar exclusivamente para jugar este partido», declaró ayer Pichi Lucas, quien cree que la semana después del partido contra el Alcorcón o contra el Cacereño son las más idóneas.

Los azules viajarán a Alcorcón la semana que viene -el partido en Santo Domingo es el día 24 de enero- y el martes día 26 sería una buena opción para jugar. El principal problema es que el Toledo se encuentra disputando la Copa Federación. Aunque esa semana no tienen partido, el Oviedo teme que aleguen una sobrecarga en el calendario para buscar otra fecha que se adapte mejor a sus intereses.

La otra opción que se baraja desde el club es tras el partido ante el Cacereño -el 21 de febrero-, pero en este caso podría oponerse la Federación Española de Fútbol. Un portavoz de la Federación señaló ayer a este periódico que el objetivo es que el partido se juegue lo antes posible: «Lo idóneo sería este mes», apuntó, por lo que quizá el organismo no acepte febrero. Decidan lo que decidan las partes, antes de este fin de semana deberían llegar a un acuerdo, ya que de no ser así la Federación Española de Fútbol se encargaría de fijar la fecha del partido.

La suspensión del partido en el descanso ha traído numerosos problemas al Oviedo, que a causa de la nieve tuvo que retrasar su vuelta a Asturias. La expedición llegó ayer a las tres y media de la tarde.

Pichi Lucas era partidario de que el partido continuara, pero las intenciones del arbitro ya se veían venir antes de que finalizara la primera parte. «En los últimos minutos, cuando ya había dos o tres jugadores con problemas físicos, en el gesto del árbitro ya se notaba que iba a parar el partido. Hacía gestos a los jueces de línea y se notaba que en determinados momentos temían por la integridad física de los jugadores», apuntó ayer el técnico del Oviedo.