«He tenido mucha suerte porque con lo que ha llovido estos días, justo aparece el sol cuando llega mi turno». El inglés Jenson Button se sinceraba en la carpa de McLaren después de terminar una intensa jornada de pruebas, por fin con el asfalto seco. Fue uno de los tres que ayer dieron un golpe sobre la mesa y presentaron candidatura para mandar en el inicio del Campeonato. Ferrari, que ayer tuvo a Fernando Alonso al frente, y Red Bull, con el australiano Webber, completan el trío de equipos que mejor han hecho los deberes hasta ahora. Ayer controlaron la sesión y demostraron que el Mercedes de Schumacher está todavía un escalón por debajo.

Amaneció Jerez inundada. La noche anterior el cielo pareció venirse abajo y cayó agua como nunca. Las carreteras cerradas y los campos inundados daban fe de que el chaparrón había sido de órdago. Hasta la autopista hacia Sevilla quedó inutilizada. Un desastre del que escapó la Fórmula 1. Elevado en un ligero promontorio, el circuito de Jerez estaba impecable a primera hora de la mañana. Sólo la pista estaba algo húmeda, una minucia al lado de los daños que causó un aguacero histórico.

Fue otro día de paliza para Fernando Alonso, que se metió 584 kilómetros entre pecho y espalda; 132 vueltas para seguir exigiendo al F10. El coche no falló, ni siquiera reprodujo ese pequeño defecto en un sensor eléctrico que incordió a Massa en sus dos días de trabajo. El asturiano, además, se fue a casa con un gran tiempo: 1.20.115. Sólo le «ganó» Mark Webber con el Red Bull (1.19.299), que había encadenado ya varias vueltas por debajo de 1.20. ¿Cosa de la gasolina o es que el coche de la bebida energética es una bala? «Es bueno y muy rápido». Desde el cuartel general de Ferrari advierten de que al monoplaza de las alas hay que tenerlo en cuenta. También a ellos, estelares en su trabajo con Fernando Alonso.

El asturiano enlazó varias tandas de quince vueltas, una simulación de situaciones típicas de carrera. Logró su mejor tiempo al inicio de la última que realizó, cerca de la una de la tarde. En catorce de los quince giros clavó el cronómetro en 1.20. Con los neumáticos blandos, y probablemente con una carga media de combustible, bajó hasta el 1.20.115.

Gestionó la degradación de las gomas mientras el coche se descargaba de gasolina y en la vuelta decimoquinta rozó su mejor tiempo. Se quedó en 1.20.2, buena señal para el Ferrari. El coche es rápido en las tandas largas, aguanta el ritmo y consigue mantener los tiempos. Es la primera piedra para olvidar su nefasto 2009.

McLaren despertó en Jerez y Button se pudo ir contento después de las dudas iniciales. El MP425 empieza a ser competitivo más allá de las tandas de pocas vueltas casi sin gasolina de Hamilton. Respiran en la casa de Woking, después de las dudas de los primeros test.

Por cierto, que la lluvia se fue de Jerez, pero para volver. La ciudad se despide hoy de la F1 con previsiones de agua para la mañana y ligera mejoría a partir del mediodía.