Avilés / Luanco, M. B. / J. F.

El derbi comarcal entre el Marino y el Avilés regresa a Miramar después de diez años y lo hace con los dos equipos plagados de bajas y con la vista puesta en el estado del césped del campo luanquín.

El terreno de juego quedó muy perjudicado tras el partido de los gozoniegos ante el Luarca del miércoles y las lluvias de estos días no han ayudado a su regeneración, un problema habitual en el césped luanquín. En principio, no peligra la celebración del partido, pero a ninguno de los dos equipos les beneficia esta situación y ambos técnicos están preocupados.

El Avilés necesita que el balón corra bien para desplegar su mejor juego; el Marino, por su parte, lleva ya cinco partidos jugados en febrero, y un campo embarrado es la peor receta para unos jugadores cansados: «Miramar nos mata de cansancio porque hay que hacer un gran esfuerzo en cada partido», comentaba anteayer el técnico marinista, Rogelio García. El entrenador blanquiazul, José Manuel Muñiz, también mostró su preocupación: «Hay que reconocer que el equipo más perjudicado es el Marino, porque es el que juega allí, pero es de los campos que no nos gustan», señala.

Dejando el estado del campo aún lado, el derbi se presume emocionante dada la importancia de la victoria para los dos conjuntos. El Marino no puede tropezar para afianzarse en el liderato y el Avilés necesita los puntos para no descolgarse de la parte alta de la tabla y seguir con opciones de lucha por meterse en los puestos de privilegio.

El equipo luanquín cuenta con cuatro puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, el Caudal, y en esta situación cada partido cuenta para lograr el objetivo, llevarse el campeonato liguero. Enfrente tendrán a un rival complicado: «Para mí, el Avilés es el equipo revelación de la temporada», comenta Rogelio. Los blanquiazules están a ocho puntos de los puestos de ascenso y llegan de ganar dos partidos consecutivos, una racha que quieren y necesitan continuar: «A finales de febrero, principios de marzo, veremos donde estamos y a que podemos aspirar», sentenciaba anteayer Muñiz. El conjunto avilesino saltará al césped a por todas, pero es consciente de la fuerza del Marino: «Este es el partido más difícil de la temporada porque jugamos en su campo, es el mejor equipo de la categoría y necesita los puntos», explica el técnico.

Los dos equipos llegan a Miramar con lo justo, de hecho, el Marino no llega ni siquiera a ello ya que Rogelio ha tenido que convocar a los 15 disponibles y no contará con los juveniles ya que estos se juegan el ascenso en su categoría. Ni Robi, por sanción, ni José Ángel por lesión, podrán enfrentarse a su ex equipo. Rogelio tampoco puede contar con Rubén Valdés y Sergio Sánchez. Los que sí regresarán al campo en el que militaron la pasada temporada son los blanquizules Serrano y Labrrado. El Avilés cuenta con 16 jugadores disponibles, a los que se une el central juvenil Fran. Lozano y Dani Granda son duda aunque están en la lista. Fer es baja por lesión e Iván Miranda, por sanción.