Mucha gente ayer lloró o se emocionó en el Naranco, y había motivos. Uno, porque a Santi Pérez por fin la mala suerte le esquivó y sale del túnel después de muchos problemas, sacrificios y enfermedades. El palmarés de esta clásica tiene nombres prestigiosos, y Santi se une ahora a ellos por ser muy ambicioso en su tierra y aprovechar una escapada desde lejos que dejó en fuera de juego a otros favoritos que pensaban más en la Vuelta que se inicia hoy. Otros también se emocionaron porque un joven como Andrés Antuña estuvo a punto de sorprender y ganar. El de Noreña salió con la intención de mejorar el decimoctavo puesto del año pasado y sólo por 50 metros Santi Pérez le quitó la miel de los labios. Pero Antuña demostró su fama de buen escalador, y esperemos que este podio entre los grandes le catapulte hacia la fama y lo ratifique ya en esta Vuelta al Principado.

Precisamente, la etapa de la Vuelta que se inicia hoy, con final en Llanes, debe ser para un sprinter. Joaquín Sobrino querrá demostrar que si el año pasado ganó hasta una llegada donde estaba Armstrong debería estar en un equipo de campanillas y no verse tirado y buscando alguien que le recoja. Ojalá tenga suerte como ayer Santi Pérez, aunque tendrá enfrente buenos velocistas como Urtasun. Encima el de Posada compitió muy poco y ahora le tuvieron que buscar hueco en la selección española para no dejarlo tirado.

El que cumplió su palabra de que no podía gastar mucha pólvora en la Subida fue David Blanco, porque viene a por la Vuelta. Como todos querían recuperarse de los esfuerzos de Llodio y La Rioja, la escapada camino del embalse de Tanes les jugó una mala pasada a muchos favoritos. Ya hablamos de que el Naranco era para ambiciosos, y se vio pronto quiénes estaban atentos y quiénes estaban más preocupados por los dolores de piernas.