El Rey don Juan Carlos fue el gran ausente de la parrilla de salida del Gran Premio de España de Fórmula 1. El Monarca, operado el día anterior de un nódulo en el pulmón, se perdió uno de las citas que más le gustan como aficionado al deporte. Y más que lo sintió este año, el del récord de pilotos españoles en pista (Fernando Alonso, Pedro de la Rosa y Jaime Alguersuari) y el del regreso de Michael Schumacher.

La Familia Real estuvo representada por motivos profesionales. Alfonso de Orleans, primo del Rey y propietario de un equipo Racing Engineering de GP2, estaba ayer haciendo de relaciones públicas de su escudería, que también es parte importante del trabajo.

Pero los más perseguidos en el paddock fueron otros deportistas no relacionados con el motor, sino con el fútbol. Así, los más fotografiados fueron los jugadores del FC Barcelona, que tras su victoria el sábado ante el Sevilla se acercaron al circuito con su presidente Joan Laporta al frente. El defensa Piqué, el guardameta Pinto y el delantero Pedrito estuvieron por la mañana por el motorhome de Red Bull y parece que les trajeron suerte a los toros.

La de Red Bull fue una de las «casas» más visitadas durante la mañana. El ex barcelonista Hristo Stoichkov también se sumó a la fiesta, al igual que el piloto asturiano de GP2 Javi Villa, que este fin de semana no pudo competir al no disponer del dinero necesario para la inscripción. El chaval estaba un poco apesadumbrado al tener que ver desde la barrera la carrera en la que debería haber participado, para poco después sumarse al grupo de comentaristas de la TPA.

Fuera del mundo del deporte, dos parejas. La primera formada por la actriz candasina Paula Echevarría y el cantante David Bustamante, invitados también por Red Bull. La otra pareja más fotografiada en la calle mayor, en la que es obligado estar si quieres lucir palmito y que te vean, fueron el televisivo Gonzalo Miró y la cantante Amaia Montero, ex de «La Oreja de Van Gogh». Pasearon muy cogiditos de la mano.

El famoseo estuvo flojo este año en Montmeló, quizá la no presencia del Rey y los problemas de los últimos días en los aeropuertos españoles, causados por la nube del volcán, provocaron un bajón en el número de caras conocidas que acudieron a la cita con el paddock. Pero viviendo en Barcelona es más fácil acercarse a darse un garbeo por el circuito debió pensar el presentador Andreu Buenafuente, que fue el cazador cazado y tuvo que responder a alguna que otra entrevista.

Los que no se pueden perder una foto son los políticos y ahí estaban el presidente de la Generalitat, José Montilla, y el líder de Ezquerra Republicana, Carod Rovira. Que no se encontraron, al menos en el paddock, con Josep Piqué, ex ministro con José María Aznar y ahora mandamás de la compañía aérea Vueling. Y si se amplía la lista a los relacionados con el mundo del motor gana por goleada Alejandro Agag, que debió batir el récord de horas de paddock durante un fin de semana; pero claro, se dedica a esto. En segundo lugar de este particular ranking estaría el piloto de rallies Carlos Sainz, que desde primera hora del jueves de dejó ver por el circuito.

Ayer, tras la carrera, todos se fueron a sus casas satisfechos de haber sido fotografiados. De ver y que les vieran.