El kazako Alexandre Vinokurov (Astana) es el nuevo líder del Giro de Italia tras la tercera etapa, entre Amsterdam y Middelburg, de 209 kilómetros, en la que se impuso el belga Wouter Weylandt (Quick Step) y las caídas propiciaron un retraso de 46 segundos de Cadel Evans y Carlos Sastre y la eliminación del británico Bradley Wiggins.

Weylandt, de 25 años, ganador de una etapa de la Vuelta en Valladolid en 2008, fue el más fuerte en la llegada al esprint entre los 30 corredores que sacaron provecho de una caída que rompió el pelotón. Ganó la partida al australiano Graeme Brown (Rabobank) y al alemán Robert Foster (Milram) y, sobre todo, al gran favorito, el alemán André Greipel (Columbia), que hubo de conformarse con la sexta plaza.

En el grupo cabecero llegaron Vinokurov e Iban Basso, dos de los favoritos al triunfo final, favorecidos por la suerte, ya que salvaron las caídas, que perjudicaron a Evans y Sastre, que llegaron a meta con un retraso de 46 segundos.

Peor le fue al primer líder, Bradley Wiggins (Sky), que cayó al asfalto y allí se dejó más de 4 minutos y gran parte de sus opciones al triunfo final. Peror suerte corrió el estadounidense Christian Vande Velde, del Garmin, que abandonó la carrera y podría sufrir una fractuira de clavícula.

Por segundo día consecutivo Sastre perdió tiempo. En la segunda etapa 37 segundos y en la tercera 46. Ya se encuentra a 1.23 del líder, diferencia que empieza a ser preocupante.

Vinokurov subió al podio a vestirse de rosa, una inyección de moral para el líder del Astana, quien, a sus 36 años y después de dos de parón, pretende destacar en una de las grandes.

La segunda plaza es para el australiano Richie Porte (Team Saxo Bank), con el mismo tiempo y la tercera para el británico David Millar (Garmin), a un segundo. El joven Vincenzo Nibali (Liquigas) asoma la cabeza a 5 segundos.

Hasta los accidentados últimos 25 kilómetros, el francés Jerome Pineau (Quick Step), el holandés Tom Stamsnijder (Rabobank) y el belga Olivier Kaisen (Omega Pharma-Lotto) protagonizaron la escapada que animó la etapa. Alcanzaron una diferencia máxima de 6.45 minutos, en el kilómetro 83, pero la aventura no pasó a mayores por la reacción de los equipos de los esprinters, que echaron la escapada abajo en el kilómetro 134.

La aparición del viento lateral repartió nerviosismo en el pelotón, aparecieron las caídas y el guión establecido para una llegada masiva se convirtió en un rosario de sorpresas.

A 56 kilómetros de meta el grupo se rompió en dos partes. El italiano Cunego quedó rezagado. Más tarde el Columbia y Rabobank estiraron el grupo pensando en la llegada masiva, pero nuevos accidentes volvieron a hacer añicos el grupo principal. Wiggins se despedía del Giro en una cuneta, y Evans y Sastre se vieron sorprendidos por el corte. El Caisse D'Epargne casi al completo fue presa del retraso.

Con Evans y Sastre en apuros, el Columbia voló en busca de la meta. Vinokurov a rueda, pensando en el liderato. Por detrás Evans se vació en la persecución, con nula colaboración de los componentes de su grupo. El campeón del mundo solo fue líder un día. Una jornada de transición salpicada de sobresaltos.

Este martes, primera jornada de descanso y el miércoles el Giro entra en Italia con la disputa de una contrarreloj por equipos de 32,5 kilómetros.