Gijón, Víctor RIVERA

Dicen que la historia se repite. Y ésta vez es cierto. Sporting y Racing de Santander jugarán el próximo domingo (Sardinero, 19 horas) un encuentro que ya ganaron los cántabros hace 32 años. Todo sucedió en un mes de mayo de 1978. El Sporting, un recién ascendido, se convirtió en el equipo revelación de la categoría. Llegó a la última jornada de Liga en cuarta posición, empatado a puntos con Valencia y Barcelona (segundo y tercer clasificados, respectivamente). El Racing esperaba a los asturianos en el decimoquinto puesto, uno por encima del descenso que marcaba el Betis, con una desventaja de un punto respecto de los cántabros. Espanyol, Burgos y Hércules también se jugaban la permanencia en el último partido.

Las similitudes entre aquel encuentro y el del domingo no se quedan ahí. El Sporting era dirigido entonces, igual que ahora, por un cántabro. Vicente Miera escribiría algunas de las páginas más brillantes de la historia rojiblanca. Ese mismo año surgió el Eurosporting (los rojiblancos acabarían esa temporada en quinta posición y se clasificaron por primera vez para la Copa de la Uefa) y el equipo asturiano alcanzó las semifinales de la Copa del Rey.

Manuel Preciado, entrenador actual del Sporting, vivió aquel choque desde el banquillo del Racing de Santander. El de Astillero debutó esa misma temporada en Primera División como defensa central o lateral izquierdo, aunque le costó hacerse un hueco en el equipo.

Entonces, igual que ahora, se pudo en cuestión la profesionalidad del Sporting. Lejos de invocarse el «pacto de Llanes», las suspicacias llegaron desde Santander. Los rumores hablaban de que Espanyol y Betis podrían haber incentivado a los asturianos con un prima económica para motivarles en un encuentro en el que «sólo» se jugaban la posibilidad de hacer historia, al lograr la que era, hasta aquel momento, la mejor clasificación en la historia del club.

En otras latitudes, se ponía en cuestión la actitud de los rojiblancos en base a la gran amistad que existía entre los técnicos de ambos equipos, Vicente Miera y Nando Yosu. Las acusaciones más o menos veladas de un pacto entre técnicos siempre acecharon sobre el encuentro.

La alineación presentada por Vicente Miera fue la formada por Castro; González, Redondo, Doria, Killer; Uría, Ciriaco, Mesa; Morán, Quini y Ferrero. Cundi sustituyó a Doria a falta de cuatro minutos para el final. El árbitro del encuentro fue Pes Pérez. La victoria cayó del lado cántabro por un gol a cero, con lo que el Racing evitó el descenso. El Sporting fue finalmente quinto y se clasificó para la Uefa. El tanto de la victoria lo marcó Juan Carlos, de fuerte disparo tras driblar a Doria, a los siete minutos de partido.

La crónica de aquel encuentro publicada en LA NUEVA ESPAÑA y firmada por Paco Peral habla de «un triunfo que costó lo suyo, a pesar de que los suspicaces pensaban que de la amistad entre entrenadores iba a salir a la luz la permanencia cántabra». Más adelante asegura que «el Sporting ha salvado su honor profesional en el Sardinero». Hoy los rojiblancos han reaccionado molestos con los que dudan de su profesionalidad. En su mano está acallarlos.