Adiós a la aventura de Alonso en Mónaco. Venía favorito para conseguir la pole pero el accidente de esta mañana en última sesión libre lo ha echado todo por tierra. El Ferrari del asturiano se fue contra la barrera en la curva de Massanet, al final de la subida hacia el casino. Pudo salir del coche sin problemas, pero los daños en el monoplaza le dejan fuera de la sesión clasificatoria de hoy. Sí estará en la carrera pero partirá el último de los 24 coches en juego y desde el pit lane. El accidente resultó fatal. El chasis del F10 se rompió y lo que parecían averías en la suspensión y el cambio se convirtieron en un fin de semana arruinado. Gran decepción en la tropa Ferrari.

"Ha sido un fallo mío, se me fue la parte delantera del coche", dijo Alonso nada más bajarse del monoplaza camino del garaje, cuando todavía no sospechaba las consecuencias fatales del accidente.

Perdió el mando en una de las zonas más rápidas del circuito, a la que se llega a unos 250 por hora. El coche rojo, sin control, se arrastró por la protección después de golpearse en una curva a la izquierda. Salió hacia el otro lado de la pista, sin el neumático delantero izquierdo, que quedó en medio del circuito. Las imágenes del accidente hacían sospechar que había daños en la suspensión.

Prisas, carreras y destornilladores echando humo en el garaje de Ferrari. Querían luchar para estar en la sesión de clasificación, pero el jarro de agua fría llegó unos minutos después. Con el chasis roto, no había tiempo de traspasar al nuevo piezas vitales como el motor y la caja de cambios… La renuncia cayó como una losa en el garaje rojo.

La carrera se le ha puesto al asturiano imposible. Adelantar es una quimera en las ratoneras calles de Mónaco. Quizá pueda deshacerse de los más lentos, los Hispania, Lotus, Virgin…, pero encontrará después un muro infranqueable. Hasta el golpe de fortuna con un coche de seguridad parece inalcanzable.