Pep Guardiola ha marcado el objetivo azulgrana del año que viene: el estadio de Wembley, el remodelado templo del fútbol londinense donde el Barcelona ganó en 1992 su primer Copa de Europa y donde el preparador catalán ya ha citado a sus jugadores, ya que allí se jugará la final de la Liga de Campeones del 2011.

"Os debemos una. El sábado que viene teníamos que estar en un lugar (Santiago Bernabéu) y no hemos conseguido el objetivo. Os debemos una. Y ellos no fallan", sentenció un Guardiola que emocionó a un Camp Nou abarrotado con 98.000 aficionados aplaudiendo al técnico y a los jugadores mientras brindaban al final del partido contra el Valladolid que les dio la Liga.

Barcelona ganó su vigésima Liga y lo hizo en su estadio tras barrer al Valladolid por 4-0, en un partido de sustos en el arranque del choque, después de que el equipo pucelano estuviese a punto de marcar en más de una ocasión.

Superada la sucesión de sobresaltos en la portería de Valdés, el Barcelona encarriló una tarde que acabó con una fiesta futbolística (4-0) y con una celebración popular por todo lo alto, en la que los jugadores y el cuerpo técnico participaron activamente.

Antes de iniciarse la gran fiesta en el Camp Nou, ya que el Barcelona ha descartado realizar una rúa por la ciudad, diferentes grupos tocaron canciones e incluso la Coral Jove del Orfeó Catalán interpretó el himno barcelonista.

Posteriormente aparecieron a la llamada por megafonía todos los jugadores ante el delirio del público, entregado durante todo el partido, que reprimió hasta el 4-0 el grito de '¡Campeones, Campeones!', como así solicitó Guardiola para no estropear el momento, como ocurrió la temporada anterior en el Camp Nou en el Barça-Villarreal.

Aparecieron todos los jugadores, enfundados en banderas del Barça, bufandas y camisetas conmemorativas para el momento, con el lema "No pienses en una temporada, piensa en la historia", y todos quisieron lanzar una proclama para conmemorar el momento.

El más sosegado de todos, una vez más, volvió a ser el técnico, Pep Guardiola, aunque esta vez se desmelenó contrariamente a su pose y citó a los barcelonistas para la final de la próxima Liga de Campeones, en el remodelado estadio de Wembley.

"Gracias por venir en cada partido y estar con nosotros. Gracias a estos jugadores, que valen un imperio. Son irrepetibles. Creedme, que son irrepetibles. Hacen que el trabajo de los que estamos detrás sea muy sencilla", añadió el entrenador barcelonista, quien también tuvo palabra de agradecimiento al presidente, Joan Laporta, "por estos siete años".

Dos de los capitales, Carles Puyol y Xavi Hernández, también marcaron un discurso contundente cuando aseguraron: "Nos han querido frenar de todas las formas. No han podido. Este es el mejor equipo del mundo".

"¡Que aprendan!"

Xavi, mucho más lanzado que Puyol, se atrevió con un "¡Que aprendan!", después de emplazar en broma al presidente del Barça, Joan Laporta, a encontrarse después en una de las discotecas de la ciudad, la conocida Luz de Gas.

Víctor Valdés, también capitán, emplazó a sus seguidores a alcanzar la final de Wembley del año que viene y subrayó el "orgullo" que siente por pertenecer al equipo azulgrana.

El cuarto capitán, Andrés Iniesta, que regresó al equipo tras una larga lesión, apenas pudo pronunciar dos frases después de brindar la Liga, ya que le embargó la emoción cuando todo el estadio le volvió a dedicar una inmensa ovación.

Messi, quien dijo que no se desmelenaría como el año pasado, cuando alegre y con micro en mano perdió un poco los papeles, Pedro, Piqué, que se erigió nuevamente en el líder de la fiesta en el centro del campo, Milito, Abidal y muchos más jugadores también aceptaron lanzar proclamas de alegría a una afición entregada que trasladó su fiesta desde el Camp Nou al centro neurálgico de la ciudad en la plaza de Catalunya y a la famosa fuente de Canaletes.