Llegamos al final del trayecto. Han sido muchos meses de alegrías y tristezas, de ratos buenos y no tan buenos, meses de mucho fútbol y más de una tensión. Por todo ello, ha llegado el momento de parar, reflexionar y desprenderse de cualquier clase de energía negativa.

Tenemos que estar contentos del campeonato liguero que hemos disfrutado. Una Liga donde la víspera de la última jornada todavía no existe campeón, ni hay ningún equipo matemáticamente descendido y que es donde juegan los mejores del mundo nunca puede ser decepcionante.

Discrepo de quien pretende infravalorar nuestra competición. Es cierto que la diferencia de los dos grandes con el resto es brutal, pero a cambio tenemos posiblemente a los dos mejores equipos del mundo. Además, un grupo importante del resto está capacitado y preparado para competir y ganar a cualquier escuadra europea. Esta misma semana, el Atlético de Madrid se ha proclamado campeón en Europa, y equipos como Valencia o Sevilla han rendido a un gran nivel. Si a todo esto añadimos que los de la parte de abajo siguen todos vivos, poniendo en casi 40 puntos la permanencia, no podemos estar totalmente en contra de una competición de este calibre. Eso sí, mientras los repartos televisivos no se igualen, las diferencias serán cada vez mayores.

En la parte de arriba hay que destacar el comportamiento de equipos como Mallorca, Valencia o Getafe, que han rendido a un gran nivel, mejor de lo que se esperaba de ellos. Menciones aparte merecen los dos primeros, por sus problemas económicos, y el último, por su modestia. Otros, como Athletic, Osasuna o Almería han cumplido con creces sus objetivos y a los más modestos hay que reconocerles el coraje con el que han peleado para mantener la categoría. Su dignidad ha sido encomiable.

En el apartado individual, me gustaría reconocer a una serie de futbolistas de los equipos más modestos, jugadores que han rendido a un nivel magnífico con equipos mucho más limitados. Nino (excelente fichaje para el Sporting), Bermejo o Javi Martínez ocuparían, para mí, los tres cajones del podio. En un deporte donde el colectivo es lo más importante, ellos han sabido realizar una labor realmente magnífica.

Hoy va a ser un día de muchas alegrías y de muchas penas. Habrá celebraciones por el éxito conseguido y, también, decepciones por el fracaso. Pero la vida sigue y el fútbol, también. Tanto para unos como para los otros, el lunes será el punto de partida de una nueva temporada, donde se intentará corregir errores y, si es posible, multiplicar los aciertos. Todos intentarán hacer un gran equipo y todos pensarán que han acertado con los descartes y nuevos fichajes.

Al Real Sporting, a su cuerpo técnico, plantilla, consejo de administración y afición, quiero darles la enhorabuena por continuar un año más en la élite. No es fácil y no llegan a quince las ciudades que pueden presumir de ello. Cuesta mucho conseguirlo y mucho más mantenerse.

Del Racing, sólo quiero deciros que Cantabria es una tierra preciosa y donde se come muy bien. A disfrutar, buen viaje y hasta la próxima temporada.