Gijón, Nacho AZPARREN

Ya lo había anunciado en los días previos. «Intentaré dar una rueda de prensa en Mareo», había comentado Gerard poniendo especial énfasis en que era una intención más que un objetivo. No mentía. La emoción contenida en estos años de sportinguismo se desató desde la primera pregunta y el discurso del central se quebró a los dos minutos. Antes, había dejado diferentes frases de agradecimiento. «Han sido tres años excelentes, me voy con grandes recuerdos y con el agradecimiento por haber disfrutado de esta experiencia en Primera», explicaba visiblemente emocionado. La conclusión inmediata es que deja el Sporting un futbolista importante en los últimos años y la reflexión humana es que abandona Gijón un caballero.

Dentro de los terrenos de juego, el papel de Gerard ha ido menguando. En su primer año en Gijón, el catalán completó 35 partidos y su compenetración con Iván Hernández fue clave en el buen hacer defensivo del equipo. Al año siguiente, Gerard volvió a contar con la confianza del técnico, participando en 27 encuentros en la máxima categoría . La llegada en la presente temporada de Botía y Gregory le ha concedido un papel residual en la rotación.

Donde no ha dejado duda es fuera del césped. Querido por sus compañeros, el catalán nunca ha dejado una mala palabra en el recuerdo. Su despedida no iba a ser una excepción. «La explicación que me han dado para no renovar es lo de menos», argumenta; «firmé un contrato por tres años y se ha terminado, punto final. Este año he jugado poco y entra dentro de lo lógico que no renueve». La emoción le impide finalizar su despedida, por eso deja una carta de agradecimiento.