Monte Zonzolan (Italia)

El italiano Iván Basso remató el buen trabajo de sus compañeros del equipo Liquigas y se adjudicó la decimoquinta etapa del Giro, que unió la ciudad de Mestre con el alto de Zoncolan, de 222 kilómetros, y el español David Arroyo (Caisse d'Epargne) conservó el liderato. La segunda posición fue para el vigente campeón del mundo, el australiano Cadel Evans (BMC), a 1:19 minutos, y tercero el italiano Michele Scarponi a 1:31 minutos. Carlos Sastre perdió 2:44 y Arroyo, 3:50.

Basso, vencedor del Giro en 2006, dio un golpe de mano en la considerada etapa reina, se acercó un poco más al líder y, al mismo tiempo, ganó su primer envite importante a Sastre, Evans y Vinokourov, los otros grandes favoritos a la victoria final.

La etapa entró en su parte decisiva en las primeras rampas del monte Zoncolan, conocido como «la Puerta del Infierno». Cerca de diez kilómetros de ascensión para llegar a la meta en una carretera en la que la pendiente media es del 12,4 por ciento y con rampas que llegan al 22 por ciento.

Basso y su compañero Nibali no dudaron en imponer un ritmo fuerte al que respondieron Scarponi y Evans. Arroyo aguantó dosificando las fuerzas, mientras que Sastre, Cunego y Vinokourov entraban y salían del grupo principal, pero al final lograron salvar la jornada al no perder excesivo tiempo.

Fue una etapa que sirvió para clarificar un poco más las cosas en la última semana de la carrera y, tras lo visto en los dos primeros envites serios de montaña, el Liquigas, con Basso al frente, dejó claro que se encuentra por encima de sus rivales.

Hoy será el segundo día de descanso y la decimosexta etapa se disputará el martes. Una cronoescalada de 12,9 kilómetros entre San Virgilo di Marebbe y Plan Coronas, un trazado que en algunos tramos tiene rampas que alcanzan un desnivel del 24 por ciento y que volverá a marcar importantes diferencias.