Gijón, Rubén DÍAZ

Rafael Sastre se quitó un peso de encima el jueves de la semana pasada. Desde entonces sabe a ciencia cierta que la temporada que viene vestirá de nuevo de rojiblanco y eso lo ha agradecido sobremanera su sistema nervioso. «Se acabó el suspense. Ahora toca un poquito de tranquilidad. El otro día ya hablamos -por el pasado jueves- y no necesitamos mucho tiempo para ponernos de acuerdo. Así que ahora, a disfrutar un poco», asegura con cierto alivio el capitán.

Una vez superada la angustiosa espera por la llamada del presidente, Manuel Vega-Arango, y del director general, Alfredo García Amado, el zaguero rojiblanco dejó atado su futuro en el conjunto sportinguista en un abrir y cerrar de ojos. «Fue rápido, en cinco minutos lo solucionamos todo. Ahora sólo falta la firma, pero ya me han dicho que es oficial y que en breve lo firmaremos todo», asegura.

Ser uno de los pesos pesados dentro del vestuario sportinguista no cree que haya sido el detonante para abrirle las puertas de la renovación. Sastre está convencido de que su trabajo en los campos de Mareo y en la competición oficial han sido sus salvoconductos: «Yo creo que es un reconocimiento al trabajo que hago cada día aquí, no al tiempo que llevo, ni a que sea buena persona o que tenga un buen comportamiento, sino a lo que hago en cada uno de los entrenamientos a diario y lo que puedo hacer cuando salgo a jugar».

Lo que sí reconoce el jugador más veterano de la plantilla es que le hubiera desagradado no seguir en el Sporting: «Me hubiera fastidiado un poco que no se me hubiera dado la renovación. Pero ahora que he renovado, lo agradezco de todo corazón, y no quiero pensar qué hubiera pasado. Entiendo que podían haber apostado por gente más joven, pero lo han hecho por mí».

El lateral balear, que en octubre de este año cumplirá 35 años, no es de los que gustan de llamarse a engaños, por eso está mentalizado de que en mayo de 2011 pondrá punto final a nueve campañas en el Sporting. «Creo que será mi último año. Personalmente, no me planteo otra renovación, ni tampoco creo que se la plantea nadie», asevera.

Pero su punto final a nueve temporadas consecutivas como jugador rojiblanco no significa que por la mente de Rafael Sastre haya pasado, ni por un momento, la idea de colgar la botas: «No creo que vaya a ser mi último año como profesional del fútbol. Aunque también depende de cómo termine la Liga, pero en principio mi intención es seguir jugando mientras el cuerpo aguante».

Lo que está claro es que no es muy habitual que un jugador milite durante una década en un mismo club. «Ahora es complicado, pero está Zanetti, por decir uno», relata un Sastre que, echando mano de la ironía, apuntilla: «No me comparo con él en cuanto a calidad, ¿eh?».

En cuanto a profesionalidad seguro que, al menos, empatan.