Mieres del Camino,

H. NÚÑEZ

El Ayuntamiento de Mieres se visitó ayer de blanquinegro para celebrar el ascenso del Caudal Deportivo a Segunda División B. Los jugadores caudalistas se dirigieron a más de un centenar de aficionados para festejar el histórico regreso del club a la categoría de bronce del fútbol nacional.

Hacía muchas temporada, seis, que la afición caudalista no celebraba ningún ascenso algo que se notó en la efusividad con que los jugadores celebraron este cambio de categoría. Pero quien más lo festejaron fueron unos seguidores que desde el histórico encuentro ante el Palencia de la temporada 1996-97 no habían podido festejar el regreso de su equipo a la élite.

El balcón del Consistorio mierense fue el reflejo de la alegría con que el vestuario blanquinegro celebró un ascenso en el que tenía todo en contra. Nunca fueron los favoritos, en la competición doméstica el Marino se antojaba imbatible y le ganaron la Liga, y en la eliminatoria de ascenso el Jumilla les triplicaba el presupuesto con un plantel prácticamente profesional pero los de Paco dieron el callo y se llevaron el gato al agua.

Mingote abrió la fiesta agradeciendo a los seguidores su apoyo y reconociendo que «ha sido un año en el que hemos cumplido todos los objetivos y todo ha sido gracias vosotros, ¡va por vosotros!».

El capitán abrió la fiesta pero rápidamente Falo se convirtió en el «speaker» y organizador del «cotarro», eso sí con la ayuda de un Gayol que sabe bien el sentir de los seguidores pues es un producto del Mundial 82 y no ocultó que «en estas últimas temporada ha habido decepciones pero este ascenso vale por todas».

Falo, ya con el micrófono en su poder, avisó que «espero que el próximo año estemos aquí celebrando el ascenso a Segunda División». El de La Encrucijada regresó al Hermanos Antuña hace dos años para retirarse en el Caudal y ya ha logrado el ascenso. Su alegría era el reflejo de la de todo el plantel. El entrenador se mantuvo en su segundo plano, Paco quiere el protagonismo para sus jugadores, pero ante la insistencia del «speaker» Falo se dirigió a los seguidores para señalar que «me gustaría que la afición siga disfrutando la próxima temporada en Segunda División B».

Llegó el momento del Alcalde. Luis María García no ocultó su satisfacción «porque este ascenso me hace mucha ilusión, además llega en un momento muy importante, es una inyección de moral para nuestra comarca porque creo que estamos por encima de nuestras posibilidades» pero alentó a los seguidores «a hacer la promesa de seguir apoyando al Caudal, un equipo que supo ponernos en nuestro sitio».

No podía faltar el presidente. Un Ángel Fueyo que no se ha presentado a la reelección pero ante la falta de candidatos los jugadores y aficionados le pidieron que siga al frente del club con el cántico de «¡Fueyo quédate!». Falo fue el más expresivo: «Este tiene que seguir aquí por lo menos otros cuatro años». El mierense, emocionado, resaltó que «este éxito es mérito de la plantilla, han pasado por el club otros equipos y no pudieron lograr el ascenso pero éstos, sí, sólo os pido que cada uno de vosotros, al menos, pueda traer consigo dos socios más».

Uno de los momentos más graciosos del acto lo ofreció Fidalgo. El ovetense se lesionó en la penúltima jornada de Liga y fue una sensible baja en la promoción de ascenso pero ante la petición de sus compañeros se hizo con el micrófono y cantó: «Tenemos al Zamora, Mingote, tenemos al Pichichi, Héctor Peláez, y también a la mejor afición de la categoría».

Precisamente el goleador, apodado por sus compañeros HP9, fue de los últimos en dirigirse a los aficionados, entre medias el mierense Borja hizo de «speaker» demostrando su caudalismo mamado desde las categorías inferiores. Peláez animó a los aficionados a acudir al Hermanos Antuña: «Este año no éramos muchos per sí los mejores».

Borja volvió a hacerse con el protagonismo tras el intento infructuoso de los jugadores de que el sempiterno delegado del equipo, Toni Mallada, se dirigiera a los seguidores de su equipo del alma. El público despidió al equipo haciéndoles un pasillo a la salida del Ayuntamiento bajo el cántico de «¡Fueyo quédate, Fueyo quédate!».

La fiesta se trasladó al restaurante La Violeta donde la plantilla, el cuerpo técnico y los directivos disfrutaron de la cena de celebración por el ascenso. Hoy comenzará el trabajo real, la búsqueda del presupuesto para afrontar una dura campaña en Segunda B.