Gijón, J. E. CIMA

El ovetense Raúl Santamarta fue uno de la docena de corredores arrollados por un todoterreno el pasado lunes durante una etapa de la Vuelta a Irlanda donde hubo fracturas de piernas y costillas y muchos cortes en rostro y cuerpo. El equipo Burgos 2016 tuvo afectado a cuatro de sus cinco ciclistas con Diego Gallego con amputación de la falange de un dedo y fractura de tibia. Santamarta tenía una brecha muy grande en un dedo de la mano que necesitó 15 puntos de sutura y ayer le volvieron a intervenir para asegurarle los tendones y nervios.

El ciclista ovetense explica a LA NUEVA ESPAÑA el accidente de Irlanda donde «iba una escapada por delante de cinco corredores y por detrás tiraban dos italianos y cuatro de nuestro equipo bajábamos a rueda a 50 kms/hora cuando en una curva nos encontramos un todoterreno subiendo a 70 kms/hora. Fue todo tan rápido que no nos dio tiempo de reaccionar y chocamos violentamente. Creí que nos mataba aquel vehículo porque era como chocar a 120 kms/hora y acabamos todos por el suelo con las bicis destrozadas. Temí lo peor por algún ciclista en aquella tragedia».

José Alberto Nuño, director del Burgos 2016, seguía al pelotón por detrás cuando se encontró aquel accidente. El noreñense reconoce que «pensé que se habrían matado como mínimo seis ciclistas porque estaban todo el grupo tirado por el suelo. Si ves la bici de Diego Gallego, al que le amputaron una falange y tienen que operarle de la tibia, no te imaginas que pueda estar con vida. Fue un milagro que no hubiera muertos».