Oviedo, N. A.

Una de las virtudes más valoradas en Pichi Lucas es su adaptación total a la idiosincrasia del Real Oviedo. Desde su llegada, el preparador berciano no se ha cansado de exaltar los valores de un club al que ya se siente muy unido. El último entrenamiento de la temporada no fue una excepción a este cúmulo de halagos. «Siempre he dicho que uno de los mejores días de mi vida fue cuando fiché por el Oviedo. Aquí soy feliz, he recibido un trato exquisito de todo el mundo», reflexionó.

Su declaración de satisfacción en el club azul llega en el momento más duro de la temporada y el técnico es consciente del varapalo sufrido. «No estuvimos nada bien durante toda la eliminatoria, el Pontevedra fue superior», aseguró con franqueza. Pero también tuvo tiempo de valorar la temporada en su conjunto: «El año es bueno aunque se truncara en el tramo final. La decepción fue mayor porque habíamos generado muchas expectativas. Ha sido una buena temporada, pero no hemos sido lo suficientemente buenos como para ascender». En el trasfondo de la situación oviedista cobra cada vez más importancia el revuelo institucional de sus dirigentes. Con un máximo accionista que cada vez cuenta con menor apoyo popular, la posición del entrenador y de la plantilla no debe ser sencilla. Pichi Lucas reconoce: «Hemos intentado evadirnos de todo lo extradeportivo que rodea al equipo, aunque a veces es complicado. A título personal he de decir que he tenido un buen trato con todos los estamentos del club. Ninguna persona se ha inmiscuido nunca en mi trabajo».

El técnico destacó por último que éste «es un equipo en unas circunstancias especiales, pero el domingo demostró el gran capital humano que posee».