La selección francesa llegó ayer al aeropuerto de Le Bourget, cerca de París, tras su decepcionante participación en el Mundial. A la espera estaban tanto prensa como aficionados decididos a expresar su malestar por la mala imagen mostrada por los «bleus» en Sudáfrica. Escondidos entre los autobuses y los vehículos de emergencia, los jugadores no hicieron declaraciones y algunos tomaron un jet privado hacia sus destinos desde el mismo aeropuerto. Henry -en la imagen- fue trasladado al Elíseo para entrevistarse con el presidente Sarkozy, reunión cuyo contenido no trascendió.