Aeropuerto de Asturias,

J. E. CIMA

«Hemos sufrido mucho en la contrarreloj de Burdeos viendo cómo Andy Schleck le ponía las cosas difíciles a Contador cuando no lo esperábamos, ni el propio Alberto». Así reconocían los nervios que pasaron los asturianos Benjamín Noval y Dani Navarro, los dos gregarios asturianos de lujo del vencedor del Tour de Francia, tras finalizar sus contrarreloj y ver por televisión cómo competía el madrileño para conquistar su tercera corona. Los dos ciclistas del Astana llegaban ayer en avión desde París a las 14.20 horas, acompañados de sus respectivas esposas, Sara y Raquel, y de sus padres, Benjamín y Daniel.

El mierense Noval explica que «el triunfo no fue tan fácil en la parte final como esperábamos. Schleck estaba muy fuerte y le puso en más apuros de lo que pensábamos. Alberto no exterioriza mucho sus problemas porque quiere que el equipo esté tranquilo y tener un bloque muy unido. Piensa que si hay desconfianza en el líder, el equipo pierde efectividad y motivación. Así que verle tan emocionado después de la crono no es habitual e indica lo mucho que sufrió».

Noval, que goza de la máxima confianza por parte de Contador, y es su compañero de habitación añade que «si Alberto dijo que ganó el Tour en Morzine-Avoriaz fue porque allí no tuvo uno de sus mejores días y lo superó. Físicamente no estaba fino en esa jornada, pero sí fresco mentalmente para mandar tirar desde abajo fuerte a Dani Navarro para que los rivales pensaran que iba a atacar y no se movieran. Fue una decisión táctica muy buena cuando lo pasó mal».

A nivel personal, Benjamín Noval dice que «estoy contento de mi trabajo para arropar a Alberto. Las etapas en las que tuve mayor desgaste fueron las de Holanda, por el viento, y las del pavés en Bélgica para tenerlo bien colocado. Lo principal es que Alberto logró su tercer triunfo. Mi mayor alegría fue entrar en los Campos Elíseos llevando a Alberto de maillot amarillo porque se siente algo especial. Y si Contador ganó este Tour no estando bien, seguro que va a lograr más».

El gijonés Dani Navarro también estaba feliz por el gran trabajo que hizo en la montaña para Contador: «Se me elogió mucho por lo que hice pero porque es el trabajo que más se ve y no el más oscuro y sacrificado de Benjamín Noval y otros compañeros. Si me quedo con mi mejor momento sería en la subida a Morzine-Avoriaz, pero estoy contento por las otras etapas de Alpes y Pirineos. El único día que no estuve fino fue en el final del Tourmalet y le echo un poco la culpa a la lluvia y al frío. Pero fallar solamente un día no está mal», asegura.

Sin embargo, los mayores nervios los pasó delante de la televisión en la crono de Burdeos. «Llegué tarde a mi habitación después de hacer mi contrarreloj y veo que Contador sólo le sacaba 2 segundos a Schleck. No me lo podía creer y creía que le había pasado algo a Alberto. Estaba convencido de que había salido tranquilo y que le iba a sacar minuto y medio a Andy Schleck. Jesús Hernández y yo no parábamos de dar vueltas por la habitación de nervios y hasta nos pusimos mal del estómago. Menos mal que al final Alberto se impuso y ganó otro Tour. Fue el día que peor lo pasamos todos los del equipo porque dábamos por hecho que iba a ser una crono fácil. Menos mal que Alberto fue muy fuerte de cabeza y supo sufrir y sobreponerse», dice el gijonés.

Ahora ambos piensan en su futuro al acabar contrato al final de temporada. Benjamín Noval explica que «dentro de unos días sabremos si Alberto sigue en Astana o cambia de equipo y el futuro mío y de Dani está unido a donde esté Contador. De momento voy a descansar y disfrutar un poco del verano en Asturias». Dani Navarro, que correrá el sábado la clásica de San Sebastián, señala que «Alberto me dijo que estuviese tranquilo, que me llevará con él, y le estoy muy agradecido. Me regaló un maillot amarillo con la dedicatoria "Por tu gran ayuda en la montaña para ganar este Tour". Es algo que me emocionó».

Alberto Contador tuvo ayer una gran acogida a la llegada a Madrid desde el aeropuerto de Barajas hasta la sede de la Comunidad o la Presidencia del Gobierno, para culminar en una recepción apoteósica en su pueblo, Pinto, que lo tiene como su nuevo héroe, después de tres triunfos en el Tour.