Aeropuerto de Asturias,

J. E. CIMA

Samuel Sánchez llegaba al aeropuerto de Asturias pasadas las 17 horas en vuelo desde París, con paso por Madrid. El campeón olímpico estaba acompañado de su esposa, Vanesa Galán, y su hijo, Unai, que habían estado en la cena-fiesta del Euskaltel en la capital francesa, donde acabó cuarto de la general del Tour de Francia al ser apeado de la tercera plaza del podio en la crono de BurdeosPauillac de la víspera.

El asturiano llegaba aún maltrecho de la caída de la jornada del Tourmalet y se le notaban las secuelas con las heridas en el codo, hombro y cadera derecha y también con un renegrón alrededor del ojo de la misma zona. «Mañana -hoy para el lector- acudiré a ver al doctor Antonio Maestro para que me haga un buen reconocimiento por si tengo alguna fisura o rotura de algún hueso de la caída. Ya hablé con el traumatólogo del asunto. En esa jornada de la caída, tras cruzar el alto del Tourmalet, tenía pensado ir al hospital de Pau pero tenía miedo que me encontraran algo y que me obligaran a retirarme», argumenta.

Moralmente ya se había repuesto de perder el tercer puesto del podio y el ciclista asturiano explica que «ahora ya más en frío y tras pasar dos días veo mejor mi actuación y ese cuarto puesto. La pena es salir del podio en la crono antes de llegar a París, pero también hay que aceptar que Denis Menchov tuvo una superioridad aplastante sobre todos los favoritos de la general y me tocó a mí pagar las consecuencias. Así que no queda más remedio que admitirlo y pensar que lo de acabar en el podio tendrá que ser en otra ocasión».

El próximo sábado tiene previsto hacer la clásica ProTour de San Sebastián, salvo que el traumatólogo le encuentre algún problema grave de la caída del Tour. Desde la organización de la Vuelta a España se presiona a su equipo Euskaltel para que compita en la ronda nacional que empieza en Sevilla el 28 de agosto. Samuel argumenta que «hice un Tour de Francia muy bueno y con mucho desgaste. Psicológicamente no me veo con fuerzas para hacer la Vuelta a España. Mi equipo Euskaltel lleva un bloque de corredores jóvenes y ocupar un puesto creo que sería quitarle una oportunidad a un compañero que haría más que yo y que estaría mucho más ilusionado. Pienso que ya voy a correr poco en este final de temporada porque hay que pensar ya en el año que viene».

Es lógico que piense en eso cuando se tienen 32 años y acaba ahora contrato con el Euskaltel. Samu explica que «pienso en asegurar el futuro por dos temporadas y estoy con la incógnita de seguir en el Euskaltel. Me contaron los patrones del equipo que tienen un recorte importante en el presupuesto y habrá que ver si encuentran más dinero u otro patrocinador. Mi primera intención es quedarme en este equipo».

El campeón olímpico confía en que «esta semana se sabrá el proyecto económico y deportivo que puedan tener y espero echar una firma lo antes posible para estar más tranquilo».