Ribadesella, J. I. CASTAÑÓN

Asturias, verde de monte y negra de minerales, era la estrofa de un poema de Pedro Garfias de 1937 al que puso música Víctor Manuel. La canción se hizo famosa y pocos la desconocen. Asturias en 2010 sigue siendo verde, cada vez menos negra y, por qué no, azul, el color del mar que baña las costas de Ribadesella.

Ayer fue un día verdinegro en Ribadesella, los colores que visten los atletas de la Universidad de Oviedo Daniel Bayón y Alba García, que ayer vencieron en la segunda edición de los 10 kilómetros de Ribadesella. Y Ribadesellla no sólo fue verde y negra ayer en el sentido literal del término, sino en el metafórico. Verde, el color de la esperanza de los que circulan por las carreteras, entre los que se encuentran los atletas y espectadores que lograron acudir a la villa, pues tuvieron la fortuna de que no les tocara la china de los cortes de las carreteras o de los que colocan las barricadas para que se firme un acuerdo que siga manteniendo un sector; y negro de los ánimos de los que atrapados en los cortes no pudieron llegar a a sus citas y el de los territorios mineros que ven el futuro oscuro sin puesto de trabajo.

Verde es también el color identificativo de las camisetas etíopes, temidas y admiradas en todos el mundo. Y en Ribadesella se esperaba contar con presencia etíope, eritrea, en la línea de salida, pero no llegó quizá por los cortes de tráfico que afectaron a los atletas que debían llegar desde Cantabria.

Los que no faltaron a su cita, madrugadores y puntuales como clavos en su idilio con el triunfo, fueron Dani Bayón y Alba García. Dani Bayón (31.26), vencedor de la Ruta Imperial, hubo de luchar con un viejo rival del circuito de campo a través como el madrileño José Luis Capitán (31.27), al que superó por un solo segundo. Una diferencia mucho más corta que el triunfo obtenido a principios de mes en Villaviciosa con Martín Alvarez como rival.

El podio risosellano lo cerraba Marcos Peón (31.42), que daba alcance en el tramo final al batallador Emilio Llamedo (Cangas de Onís) y en el que Fran López era el primer local.

La lucha cerrada entre Bayón y Capitán arrojó excelente noticias: un nuevo récord de la prueba, puesto que el anterior lo había establecido Borja García con 31:41, un atleta que aún hoy sigue batallando por superar un grave lesión.

Por su parte, Alba García (34.45) ponía tierra de por medio el primer kilómetro ante la corredora del Toscaf Vanessa Suárez (36.26), vencedora en El Naranco, que no se arredró en la lucha y mantenía el suficiente colchón para no pasar apuros frente a la corredora del Scania Pamplona Marta Diez (37.24).

El esfuerzo de Alba también tenía premio en forma de nuevo récord de la carrera, lo que suponía mejorar en más de medio minuto el anterior (35.16) que ella misma poseía.

La participación, pese a los cortes de tráfico, también fue de récord y casi se duplicó respecto a la primera edición. De los 272 corredoresque finalizaron la prueba en 2009 se pasó a 416.

Un indicativo de la pujanza y del buen trabajo de la Sociedad Cultural Ribadesella, que donó parte del dinero obtenido a una ONG.