Gijón, J. E. CIMA

«Aquí en el Sporting se vive siempre en los extremos. Ni somos tan buenos al ganar al Sevilla ni tan malos cuando empatamos en Zaragoza. Lo que está claro es que si no vamos a tope, no damos la talla». Así de convencido habla Diego Castro, el autor de goles casi imposibles, tras el gran triunfo ante el Sevilla y la buena imagen que dio el equipo.

Sobre su tanto de espuela, Castro rememora que fue «un centro fuerte de Carmelo y al venirme atrás tenía que dar ese toque como recurso. Luego tuve la fortuna de que pegara en el palo y entrara. Se hace en un entrenamiento, pero es difícil que salga en un partido. Lo disfruté mucho en el campo, pero es más bonito por televisión. Sangoy y yo anotamos dos buenos goles».

Ya marcó goles excepcionales como aquellos ante el Valencia, Osasuna, Cádiz y Celta. Castro puntualiza que el mejor de su carrera «fue aquel del Cádiz porque llevaba regate, trabajo y luego colocación. Cosas que trabajas. Otros como la chilena al Celta o éste al Sevilla son más bonitos, pero hace falta tener suerte. En Primera los goles tienen más repercusión».

Diego Castro es de los futbolistas que habla claro y sincero, por ello matiza que esta victoria «nos viene bien anímicamente al equipo y se necesitaba porque la habíamos rondado después de adelantarnos ante Bilbao y Zaragoza. Hace dos semanas y como iban las cosas ni el más optimista pensaba en ganar al Sevilla».

Este triunfo ante un grande el gallego lo basa en que «fuimos un equipo con mucha garra y también conectado con la afición. Todos corrimos mucho, empezando por los de arriba, para intentar ayudar a los compañeros de atrás. Sabíamos que el Sevilla es un equipo muy físico y en línea ascendente y que había que hacerlo muy bien y tener suerte. Hay equipos poderosos que aunque lo hagas bien, igual no ganas».

Se habla de que el Sporting necesita mucha presión y situaciones complicadas para salir airoso. Diego Castro argumenta que «en este equipo corremos todos mucho y ante el Sevilla sabíamos que teníamos que fajarnos en esa lucha y ayudarnos entre todos. El entrenador planteó muchos partidos así y no salieron como éste. El poderoso equipo andaluz tienen jugadores que en el uno contra uno te desbordan. Lo principal es que todos estuvimos organizados y cuando trabajamos a la vez funciona. Se han puesto los medios para no cometer errores y eso fue clave para acabarlo bien».

Con estos tres puntos los rojiblancos salen de la zona caliente y se colocan en mitad de la clasificación. Diego Castro valora que «la victoria fue justa y nos dará confianza para encarar mejor los partidos. El calendario se había complicado mucho, pero logramos ganar a un gran equipo».

Cuando se le pregunta por Sangoy, que combina bien y abre huecos arriba, el centrocampista gallego argumenta que «Gastón tiene unas grandes cualidades de rematador y cerca del área es muy bueno, como sus movimientos. Tenía que adaptarse a trabajar también en el aspecto defensivo. Cuando está fresco en las primera partes hace cosas diferentes y trabaja para sacar buenos resultados».

Al Sporting no se le puede hablar de tranquilidad, según Diego Castro, porque «aquí nunca la hubo en estos últimos años, ni en el equipo ni en la afición. Salvo el año pasado que nos salvamos una jornada antes. Somos un equipo de currantes y sufridores. Incluso para ascender se tuvieron que conjurar los astros y hasta la Virgen. Tenemos presión siempre y por ese motivo no hay que bajar los brazos».

Su padre, el entrenador Fernando Castro, presenció el partido desde el palco. Diego dice que su progenitor «lo vive más como entrenador, viendo los movimientos que hacemos. Quedó contento con el cambio de chip respecto a otros encuentros. De mí no suele hablar».