Avilés, Marta BERNARDO

El seleccionador nacional, Vicente del Bosque, se metió a Avilés en el bolsillo. La ovación que recibió el entrenador al entrar en la pista central del Complejo Deportivo Avilés ya demostraba el cariño de la ciudad por uno de los principales artífices del título de campeones del mundo de fútbol, pero la que recibió cuando acabó el acto, tras hora y media charlando de tú a tú con los avilesinos, aunque fuera sobre un escenario, no dejaba lugar a dudas. «Es genial, nos cae muy bien», atestiguaron Rubén Fernández y Carlos Beltrán, ambos de 8 años y compañeros en un equipo avilesino.

Desde que comenzara el acto y antes de que Del Bosque saliera, las 1.500 personas reunidas en las gradas coreaban los cánticos de moda durante todo el Mundial y la posterior celebración del título, sin que faltara el «A por ellos». Pero nada que ver con el paseo del seleccionador hasta el escenario, con vítores y aplausos.

Sólo hubo un momento que pudo eclipsar la figura de Del Bosque, y fue la entrada en escena de la Copa del Mundo bajo las notas del himno de Asturias interpretado por la Banda de Gaitas «Villa de Avilés», que hizo que gran parte del público asistente se pusiera en pie. Carmen Martínez y José María de Vera, dos niños vestidos con la indumentaria de la selección, fueron los encargados de entrar con el trofeo. «Pesaba mucho», afirmó el segundo.

Tras el discurso de la alcaldesa, Pilar Varela, que agradeció al entrenador de la Roja «la fiesta que se formó y el orgullo y sentimiento por España», que fomentaron él y sus jugadores, el técnico de la selección habló abiertamente de los temas que a muchos tenían intrigados, respondiendo a algunas preguntas del público. «¿Cómo se sintió cuando entró el gol en la final?», preguntó Pablo Arnanz, «cómo todos vosotros», respondió el seleccionador.

Entre tanto, un vídeo con todos los goles que se marcaron en el Mundial hacía chillar a toda la grada cada vez que el balón tenía a bien entrar en la portería, especialmente los de Villa. El gol que hizo a España campeona del mundo tuvo su momento dedicado, con todo el pabellón gritando como si fuera la primer vez que lo veían.

A la gente no le pesó la espera. Algunos, los primeros, llevaban desde las 15.30 horas esperando que se iniciara el acto a las 18.00 horas. El primero de la cola, Carlos Tarrago, de 13 años, lo tenía claro: «Me hace mucha ilusión, me encanta y tengo muchas ganas de verlo», poco más atrás, en segunda posición, Manuel Antonio González, luego Serafín Cobo, así hasta llenar las gradas.