Oviedo, Á. F.

La marca madrileña de cerveza enfrenta a dos amigos en un anuncio. Casillas recibe un paquete con un vídeo de Villa. El Guaje le reta para el clásico. ¿Nos jugamos unas cañas a «pierde paga»? Acepta el portero y le avisa de que palmará, que tendrá que sacar la cartera.

Villa se estrena en un clásico y en su cabeza ya ha dibujado la noche ideal. Victoria culé, con gol suyo, por supuesto. «Ahora somos más rivales que antes». avisa el asturiano. Son amigos de la selección y por eso el pique es todavía mayor. «Ojalá me quede varias veces delante de él. Le deseo lo mejor pero voy a intentar batirle por todos los medios», dijo ayer el delantero asturiano del Barcelona en la presentación de un videojuego.

Quiere su primer gol azulgrana al Madrid. Le ha marcado cinco en trece partidos, uno con el Zaragoza y el resto con el Valencia.

La Liga bicéfala de esta temporada entrega al clásico más valor del habitual. El año pasado, el Barcelona se llevó los dos partidos de rivalidad y ahí fraguó su título. Contra el resto de equipos sumaron más los merengues (96 puntos) que los azulgranas (93), pero el campeonato se decidió en el Bernabeu y en el Camp Nou.

Pero los jugadores quieren estos días que amaine la presión. Dicen en los dos bandos que no será decisivo, que son tres puntos y mucho valor emocional, pero poco más que eso. Y Villa es de los que se alinea con esa corriente de pensamiento. «No conozco ningún equipo que gane la Liga en noviembre, sí se ganan trocitos de Liga en cada partido y en esas estamos, en ir paso a paso y llegar al último mes con todas las aspiraciones intactas», asegura el delantero azulgrana.