Oviedo, Mario D. BRAÑA

El máximo accionista del Oviedo, Alberto González, ha aprovechado un viaje de negocios a México para iniciar las negociaciones para la venta de su paquete accionarial, un 46 por ciento del capital social. El mal momento del primer equipo, el agravamiento de la crisis económica y, sobre todo, el rechazo de buena parte de la masa social han convencido a González de la necesidad de alejarse del club. El visto bueno del Ayuntamiento, que participa en el accionariado con un 26 por ciento, puede facilitar el cambio de dueño en la entidad.

El pasado domingo, tras una entrevista telefónica, Alberto González aseguró a LA NUEVA ESPAÑA que estaba de viaje, en el sur de Estados Unidos. Fuentes del club confirmaron posteriormente que González, acompañado por su asesor deportivo, Juan Mata, había estado en Cancún, iniciando contactos con empresarios mexicanos para el desarrollo de proyectos inmobiliarios. Posteriormente, ya en Ciudad de México, González y Mata se entrevistaron con personas vinculadas al mundo del fútbol, que podrían estar interesadas en invertir en el Oviedo.

Hace casi seis años, en febrero de 2005, el entonces presidente del Oviedo, Manuel Lafuente, mantuvo contactos con ejecutivos del grupo Pegaso, una empresa fuerte, con intereses en diversos sectores y que es propietaria del Atlante, uno de los clubes más importantes de México. El presidente ejecutivo del Atlante es José Antonio García, hijo de David García, un asturiano de Illaso (Navia) que emigró al país centroamericano y que siempre se ha declarado oviedista. Hace un año, en vísperas de disputar frente al Barcelona la semifinal del Mundial de clubes, José Antonio García declaró a LA NUEVA ESPAÑA que «mi padre siempre está pendiente de los resultados del Oviedo y nada nos gustaría más que ayudarle a volver a Primera División».

José Antonio García, acompañado por el director financiero del grupo Pegaso, Ángel Couchonal, negoció también a comienzos de 2005 la compra del paquete mayoritario de acciones del Racing. Al final, ninguna de las operaciones se llevó a cabo, aunque en aquel momento García sólo planteaba entrar con una participación del 5 o el 10 por ciento. Hace dos años, ya con Alberto González como interlocutor, el grupo Pegaso volvió a sondear la compra del paquete mayoritario, pero la petición de González, en torno a los dos millones de euros, impidió avanzar en las conversaciones.

Aunque podría haber otros inversores interesados, en estos momentos la opción del grupo Pegaso parece la más viable para un cambio accionarial en el Oviedo. Llega, además, en un momento propicio para que Alberto González considere que ha llegado el momento de abandonar el club. El empresario ovetense ha comprobado que su decisión de apartarse del día a día del club no ha frenado las muestras de rechazo de buena parte de la afición. Y, además, desde el Ayuntamiento le llegan mensajes inequívocos de que el apoyo municipal tiene límites.

Fuentes próximas al Ayuntamiento confirmaron a nuestro periódico que verían con buenos ojos el cambio de propietario en el Oviedo. El propio Gabino de Lorenzo, consultado por terceras personas que podrían mediar en la operación con el grupo mexicano, considera que es el momento ideal para dar un impulso al club, entre otras cosas para enderezar el rumbo del primer equipo. En ese apartado, el grupo mexicano podría contar con Ricardo Rodríguez, ex preparador físico del Oviedo, que entró en contacto con los responsables de Pegaso cuando acompañó en 2003 a Xavier Azkargorta en la escuela de fútbol del Madrid en México.

Una vez de vuelta de su viaje por Centroamérica, Alberto González intentará agilizar desde Asturias las negociaciones para presentar al menos un preacuerdo de venta en la junta de accionistas del Oviedo, convocada para el 29 de diciembre. 2011, por tanto, puede llegar con novedades para los aficionados oviedistas.