Oviedo

Cuando Alejandro Burillo Azcárraga se vio obligado a vender el 25 por ciento de sus acciones de Televisa, el gigante de la comunicación en Latinoamérica, puso la primera piedra para impulsar un grupo empresarial que en 2010 abarca numerosos sectores. El grupo Pegaso, del que Alejandro Burillo es presidente del consejo de administración, es líder en tecnología, telecomunicaciones, marketing, bienes raíces, deporte, cultura y, como es habitual en estos emporios, dedica una parte de su capital a apoyar las causas sociales.

La experiencia en telecomunicaciones le viene a Alejandro Burillo de su aprendizaje en los años setenta junto a su abuelo Emilio Azcárraga y su tío del mismo nombre, con el que funda Televisa y lleva a esta empresa a liderar proyectos de televisión vía satélite. Burillo quiso que su empresa sirviera de promoción del castellano, una inquietud que le llevó en su momento a presidir la Fundación «Amigos de la Academia de la Lengua Mexicana».

Unas discrepancias con su primo hermano Emilio Azcárraga provocó su tormentosa salida de Televisa, endulzada por los mil millones de dólares en que se valoró su paquete accionarial. Por su cuenta fundó el grupo Pegaso, que comenzó a operar en 1994 «con el objetivo de impulsar proyectos de un fuerte compromiso social, que a lo largo del tiempo adquieran para México dimensiones de importancia global en los sectores más dinámicos de la economía», según se recoge en la página web del potente grupo empresarial.

En el apartado deportivo, además de gestionar un club de fútbol como el Atlante, Pegaso se implicó en la organización del torneo de tenis más importante de México, en Acapulco, y en la dirección de un centro de tenis de alto rendimiento. Recordando sus orígenes, el núcleo más importante del grupo lo forman empresas de telecomunicación como Panamsat (dispone de 52 satélites), Pegaso Banda Ancha (comercialización de internet) y Wau Móvil (aplicaciones para telefonía celular).

En el sector de los medios de comunicación, Pegaso es propietaria de una cadena de televisión, un periódico y una productora. Además del organismo de apoyo a la Academia de la Lengua, Alejandro Burillo patrocina el Centro Cultural Casa Lamm, para el estudio y difusión de las artes. Y en el apartado filantrópico, el grupo mexicano financia la asociación «El amor nos une», que entrega vales de comida a las personas que piden limosna en la calle; y, a través del Atlante, la sociedad «Apoyo a la juventud y la niñez», para el desarrollo y la integración del sector de la población formado por niños abandonados en la calle.