Avilés, Albina FERNÁNDEZ

El Avilés inicia hoy unas vacaciones bastante agrias para la plantilla, que tiene ahora demasiados días para pensar en el empate que arrancó el Oviedo B del Muro de Zaro en los últimos segundos y que frena al equipo en su intento por acercarse a los puestos de liguilla. Lo positivo, en su caso, es que el club abonó el primer mes de los cinco que adeudaba de esta temporada, y que previsiblemente cobrarán el segundo la primera semana del próximo mes de enero.

El preparador físico, Carlos Calleja, tampoco está contento. El colegiado del domingo, Ramos Domínguez, tenía una orden por escrito de la Federación alertando de que no podía sentarse en el banquillo por un problema en la ficha. «Es un tema del club que no comprendo. Lo mínimo que puedo pedir es que me dejen trabajar y no pude. Espero que se solucione para el próximo partido porque jugamos en Pravia, que es mi tierra, ante el Praviano, en el que estuve cuatro años, y sería frustrante que no me dejaran trabajar», explicó. Al parecer, el problema es que la ficha está tramitada, pero nadie del club la recogió.

El técnico, José Manuel Muñiz, tampoco vive buenos momentos. El domingo se encaró con dos aficionados que le increparon al final del partido por el juego del equipo. «Tengo que pedir disculpas por el calentón del final del partido. Entiendo que el público critique la labor del entrenador porque eso es fútbol, pero lo que no admito es el insulto. Soy consciente de que no tenía que haber replicado, pero no puedo con los insultos», explicó.

Muñiz estaba muy disgustado por el empate. «Se nos fueron dos puntos en un error cuando el partido estaba casi cerrado, y volvimos a fallar ocasiones muy claras para sentenciar. Creo que nos merecimos los tres puntos, pero nos falta pegada arriba y terminar las jugadas. No queda otra que seguir trabajando para mejorar cara a la segunda vuelta. Todavía queda mucha Liga y si corregimos algunas cosas podemos estar ahí», comentó.