En la película «Nine», la diseñadora de vestuario Liliane La Fleur (Judi Dench) dice al director Guido Contini (Daniel Day-Lewis) que el trabajo de director de cine está sobrevalorado, porque sólo hay que decir «sí» y «no». No estoy de acuerdo con Liliane porque saber cuándo decir «sí» y «no» en una película (y en la vida en general) no es tan fácil como parece, pero me pregunto si ser entrenador de fútbol de un equipo que se enfrenta al Barça es un trabajo que sólo consiste en decir «sí» y «no». El partido Dépor-Barça del pasado sábado ya lo habíamos visto antes: dominio aplastante del Barça, un puñado de jugadas para enmarcar, el gol de Pedrito, defensa perfecta y Valdés parando la única oportunidad de gol del equipo contrario. ¿En qué consistió el trabajo de Lotina? En decir «no». No jugaremos al fútbol contra el Barça, y que sea lo que Dios quiera. Resultado: lo de siempre.

Ser director de cine es un trabajo difícil. Ser entrenador de fútbol también lo es. Pero, con todo respeto, parece más fácil dirigir una película pornográfica que ser el director de «Ciudadano Kane», y parece más fácil ser Lotina cuando el Dépor se enfrenta al Barça que ser Lotina cuando el Dépor se enfrenta a, por ejemplo, el Atlético de Madrid. Y lo que digo para Lotina vale para cualquier entrenador del mundo, incluido ese señor que en sus ratos libres entrena a Los Otros. Con el Barça sucede algo que nunca he visto en mi vida: el equipo rival suele terminar el partido suplicando al árbitro que pite el final... ¡para evitar que Messi y compañía metan más goles! El Barça ha ganado todos los partidos de Liga que ha jugado fuera del Camp Nou, y me pregunto si a partir de ahora los entrenadores tendrán que aprender a decir «sí» cuando se les pregunta si quieren jugar al fútbol contra el Barça, porque se ha demostrado que cuando la respuesta es «no» todos acaban pidiendo la hora para no recibir más goles.

Ya sé que, y de verdad lo digo con todo respeto, dirigir «Ciudadano Kane» es más difícil que dirigir «Conejitas viciosas III: la venganza». Ya sé que decir «sí» al Barça es más difícil que decir «no», porque es más fácil poner a once tipos a defender que intentar un movimiento de cámara diferente. Pero, por el bien de eso que llaman «Liga de las estrellas», conviene que los entrenadores quieran ser Orson Welles, y no Pamela Lame. Sólo hay que decir «sí» cuando te preguntan. Es así de fácil, es decir, así de difícil.