Madonna di Campiglio, Álvaro Faes

Apareció Stefano Domenicali por el retiro espiritual de Ferrari en los Dolomitas poco menos que para ver cómo los demás se divertían. Llegó la noche del martes, habló la mañana del miércoles y hoy ya se le esperaba en Maranello. Hay trabajo en la fábrica y el entrenador se pone el primero en la fila. «Hay que estar atentos en las carreras y no cometer errores graves», avisó.

El director del equipo comanda la tarea para afrontar «más fuertes que nunca» un año en que su trabajo se seguirá con lupa después del fiasco de Abu Dabi. Y de momento ya ha puesto fecha a la presentación del nuevo monoplaza con el que Fernando Alonso buscará su tercera corona: el próximo día 28 en Maranello, donde si el tiempo lo permite dará sus primeras vueltas ante los ojos de la prensa en el circuito de Fiorano. También confirmó Domenicali que será Fernando Alonso quien lo pilotará en las dos primeras jornadas de pruebas en el circuito Ricardo Tormo de Valencia, el 1 y 2 de febrero, para cerrar el brasileño Felipe Massa al día siguiente.

«Tenemos a Fernando, que parte de una segunda mitad del campeonato que fue perfecta. El valor añadido que nos ha dado es extraordinario y muy positivo para el clima que ha creado en torno a él». Alrededor de esa frase construyó Domenicali la teoría de la recuperación que quiere inculcar a todos los implicados en el proyecto de 2011. «Tenemos que arrancar dejando atrás los malos recuerdos de Abu Dabi. Aquello no puede aportarnos nada. Es fundamental dejar de llorar y tener la mente fresca y abierta», recalcó.

En su lista de prioridades aparece tener «un coche competitivo desde el principio, que sea fuerte y fiable». Y es que Ferrari entregó el Mundial en la cita final de Abu Dabi, pero al comienzo del campeonato dejaron escapar una cantidad de puntos tremenda que les obligó a remar a contracorriente.

Sabe Domenicali que cuenta para ello con su capitán, un Fernando Alonso que lucirá el color rojo en la «chimenea» de su monoplaza que le identificará como el primer piloto de la Scuderia. Un año junto al asturiano le ha bastado para saber lo mucho que les puede dar. Para la causa quiere recuperar ahora a Massa. El brasileño anda estos días algo retraído, esquivo y refugiado en su cerrado clan familiar.

Afronta Massa el último año de su contrato y es consciente de que se la juega. «Le quiero fuerte», dice de él Domenicali, disgustado por su discreto papel en 2010. «Sabrá reaccionar. Confiamos en que esté motivado porque necesitamos dos pilotos ganadores. Espero que así sea», concluyó.

Hoy será el turno para que Alonso ofrezca sus primeras impresiones de la temporada.