Gijón, Pablo TUÑÓN

El Langreo no supo ayer jugar con el viento a favor, y eso que por la tarde soplaba una brisa gélida bastante intensa. Se puso por delante en el marcador ante el Ceares, pero terminaron cayendo en el conformismo y los gijoneses remontaron merced a una arreón en la segunda parte.

Comenzó el partido frío, tal y como estaba la tarde. Los langreanos, que jugaban a medio gas, se sabían superiores a su rival y eran los únicos capaces de generar algo de peligro en un partido que transitaba por la máxima insulsez. Consiguieron forzar una gran cantidad de saques de esquina, sabedores de su potencial en el balón parado. En el minuto 16, un tiro libre ejecutado por Alonso casi se cuela en la portería directamente ayudado por el viento, pero Davo estuvo atento.

Precisamente, en otra jugada de estrategia llegaría el primer tanto de la tarde, al cazar Abraham una pelota suelta dentro del área tras un saque de falta. Fue Abraham el hombre más habilidoso y peligroso del conjunto langreano, realizaría minutos después una gran jugada por la banda para servir un centro que remataría Carli, pero que despejaría Jorge para evitar el segundo tanto de los visitantes.

En la primera parte, el Ceares apenas inquietó la portería de Calleja. Tan sólo una falta botada por Gonzalo desde el lateral estuvo cerca de encontrar rematador al pasearse el balón por el área.

Llegó la segunda mitad y todo parecía que seguía igual, hasta que Angulo decidió meter a Vichu y Vázquez, que revolucionaron el encuentro. El propio Vázquez pondría las tablas en el marcador al perfilarse dentro del área y disparar un tiro que rebotó en Kili y se coló en la portería. Fue el comienzo del arreón de los locales, que daría todavía más frutos merced a un golazo de Pelayo Torre, que remató picado desde una posición escorada para batir a Calleja.

Se confirmaría así la remontada local, que cerraría en el último minuto Jimmy. El Langreo tuvo una gran ocasión cuando perdía 2-1 que marró inexplicablemente Otero. Los visitantes se confiaron en exceso y lo pagaron caro, rompiendo así su racha de seis victorias consecutivas.