Mario D. BRAÑA

El Barcelona se sabe de carrerilla la tabla del cinco. Esta temporada ya la ha recitado cuatro veces en la Liga, dos en la Copa del Rey y una en la Liga de Campeones. Quizá por eso, y porque aún estaba muy fresco el recuerdo del 0-8, el Almería no salió humillado del Camp Nou. Simplemente, como tantos otros, hizo lo que pudo ante la máquina azulgrana. Sólo tuvo que lamentar, como en su momento el Betis, su ceguera ante la portería de Pinto. El guardameta del Barça tuvo la suerte de tener enfrente a Goitom, mientras que a Esteban le tocó lidiar con Messi, Villa, Pedro y compañía.

El Almería, que empezó el partido muy rumboso, estuvo tentado a sacar bandera blanca al cuarto de hora. Cuatro llegadas del Barça se habían traducido en tres goles, mientras que en ese tiempo los de José Luis Oltra desperdiciaron un libre indirecto dentro del área y Goitom un remate fácil ante Pinto. A partir del 3-0, el Almería no supo a qué carta quedarse, lo peor que le puede pasar a un rival del Barcelona. Pero entonces Esteban, que había fallado en los dos primeros goles, se arremangó y ofreció destellos de la calidad que ha permitido al portero avilesino alternar durante muchos años en Primera.

Sólo Pedro, en un magnífico cabezazo al saque de una falta, amplió la cuenta antes del descanso. Con un partido y medio por delante, la eliminatoria parecía resuelta. Es lo que tiene este Barça, que mata un aspecto tan importante en el fútbol como es la incertidumbre. Lo normal es que Guardiola hubiese plegado velas en el descanso, mandando a la ducha a Messi y a Xavi, doloridos por algún golpe aislado de una defensa, por otra parte, muy tierna.

Guardiola mantuvo el «once», pero la tensión cayó en picado. El Barça se dedicó a sobar el balón, pero apenas pisó el área de Esteban, que se lució con un par de paradas y se confabuló con su poste derecho para evitar un gol de Maxwell. Cuando parecía que el Almería ya se había librado del «síndrome del cinco», Keita se sumó a la fiesta, al culminar otra genialidad de Messi. El argentino volvió a completar un partido porque para él no hay minutos de la basura. Conociéndole, no sería extraño verle dentro de una semana por el estadio de los Juegos del Mediterráneo.