Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

El hipotiroidismo consiste en una alteración de la glándula tiroides que se traduce en una producción excesivamente baja de hormona tiroidea. La enfermedad a la que el futbolista brasileño Ronaldo Nazario de Lima acaba de atribuir su retirada prematura -tiene 34 años- afecta de una forma u otra a la práctica totalidad de los órganos del cuerpo humano. Entre otras repercusiones, «genera astenia (cansancio) y pérdida de reflejos, ralentiza los movimientos, reduce el consumo calórico y todo ello se traduce en una tendencia a engordar», explica Edelmiro Menéndez, jefe del servicio de endocrinología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

La glándula tiroides está situada en la garganta, debajo de la manzana de Adán y sobre la tráquea. Su función se centra en producir hormonas tiroideas, que se liberan a la sangre y se distribuyen por todo el organismo. Dichas hormonas sólo se producen en el tiroides y, entre otras misiones, regulan el metabolismo y producen proteínas.

Los trastornos de la tiroides pueden plasmarse tanto en una generación deficitaria de hormona tiroidea (hipotiroidismo) como en un exceso de producción (hipertiroidismo). «El "hipo" es muy frecuente, mucho más que el "hiper"», precisa el doctor Menéndez, quien agrega que el hipotiroidismo abunda mucho más en mujeres que en hombres, «y más aún a menudo que avanza la edad».

Una disminución de la actividad de todo el sistema metabólico, dificultades para hacer ejercicio físico, somnolencia, sensación de frío y una ralentización del ritmo cardíaco son algunos de los síntomas del hipotiroidismo, una patología que puede llegar a convertirse en crónica e irreversible.

Pese a tratarse de la típica enfermedad latosa, Edelmiro Menéndez subraya que el hipotiroidismo «raramente provoca cuadros de gravedad». Se dispone de un tratamiento sencillo, basado en la ingesta de hormona tiroidea en comprimidos, que «bajo control médico permite recuperar la normalidad». Ante un problema crónico, puede llegar a prescribirse de por vida. «En España hay más de un millón de personas que toman hormona tiroidea, mujeres especialmente», señala el jefe de endocrinología del HUCA.