Gijón, Ángel CABRANES

Empezó a jugar al fútbol en la pista del barrio que le vio nacer y él mismo reconoce que en Moreda no era de los más entonados con el balón. Jairo Cárcaba tuvo claro que debía tomarse este deporte como una prueba de superación diaria y a sus 18 años, este delantero no sólo ha conseguido afinar su puntería, sino que se ha convertido en el máximo artillero del grupo I de la División de Honor, la máxima categoría del fútbol español en edad juvenil. El «hat-trick» que firmó el pasado fin de semana ante el Calasancio, el tercero esta temporada, le ha permitido escalar al «Pichichi» con nada menos que 21 tantos, tres más que su inmediato perseguidor. A falta de otras tantas jornadas para el final del Campeonato, promete aumentar la cuenta para que su equipo, el TSK Roces, pueda lograr la clasificación para disputar la Copa del Rey.

«Lo que más valoro a estas alturas es mi progresión», argumenta Jairo Cárcaba mientras recuerda cómo fueron sus comienzos. Formado en los equipos de la Escuela de Fútbol de Mareo, en categoría alevín se enfundó la camiseta del Veriña hasta que, hace seis años, el TSK Roces llamó a su puerta. «Creo que mis mejores cualidades son la velocidad, el regate y quizás el gol», confiesa el gijonés con cierto rubor. En el campo de Covadonga ha explotado al máximo estas características, donde está viviendo su mejor etapa deportiva. Seleccionado con el combinado sub-16 y sub-18 asturiano, con este último se proclamó campeón de España en 2009, un escaparate que propició que el año pasado «estuviera a punto de fichar por el Celta», desvela.

Los retos deportivos motivan a Jairo Cárcaba, quien ya fue tanteado por el Candás en enero para dar el salto a Tercera División. Prefirió quedarse en el Roces para intentar «seguir progresando en algún filial del fútbol español» a partir de mayo, cuando queda libre. Entre sus mayores deseos se encuentran acabar triunfando en el Sporting, «el club que siempre me ha gustado desde pequeño» y así emular a su ídolo: Enrique Castro, Quini.

Mientras deshoja la margarita del futuro futbolístico en su residencia de Vega, adonde se mudó hace seis años, sus padres le aconsejan que apure los estudios de Segundo de Bachillerato en el instituto Emilio Alarcos antes de pensar tanto en el balón. «Vivir de este deporte es complicado y a estas alturas no estoy tampoco para muchos alardes», reconoce sin dejar de lado el sueño de convertirse algún día en profesional. El próximo 27 de mayo cumplirá 19 años, fecha en la que su equipo ya tendrá decidida su clasificación en División de Honor, la más próxima de sus metas. «Nos jugamos ante el Racing de Santander, Perines y Racing de Ferrol lograr la tercera plaza, la que da acceso a disputar la Copa del Rey», afirma con cierta esperanza. Dos puntos le separan ahora mismo del ansiado puesto, que ocupa el Deportivo de La Coruña, y por el que también lucha el Sporting, que tiene los mismos puntos que los de Roces. El secreto para conseguirlo puede tenerlo Jairo Cárcaba.