Calibradas las fuerzas en el primer asalto de la temporada, el Gran Premio de Australia, en las fábricas apuran plazos para las soluciones de urgencia que deben llegar a tiempo para la cita de Malasia, el 10 de abril. No hay margen para dar un vuelco al orden que dibujó el prólogo en Albert Park, pero sí para los mínimos retoques que maticen en Kuala Lumpur el cuadro australiano de la nueva edición del Mundial. Que el campeonato toma otra dimensión se sabe desde que Pirelli enseñó los neumáticos de su regreso a la Fórmula 1. Hará falta un poco de margen para saber si el frenesí en los garajes se quedará en los niveles vistos en Australia -que no está nada mal al lado de la solitaria parada única del año pasado- o si de verdad aparecen carreras imposibles con unas ruedas con la consistencia de un chicle.

De la carrera de Melbourne salió crecido Red Bull. Medio equipo por lo menos, el que preparara el coche de Vettel. Su monoplaza fue una flecha inalcanzable y la única duda que les persigue es saber por qué a Webber su máquina le funcionó de mala manera. La toma de contacto inicial entrega las primeras conclusiones.

Red Bull

La fuerza capicúa

Se lea por detrás (Abu Dabi, 2010) o por delante (Albert Park 2011) el resultado es el mismo: Red Bull es el coche de referencia, la máquina a batir. Y lo será al menos hasta Turquía, sin tiempo para que nadie vuelque la situación antes del periplo Malasia-China. Lo de Vettel en Australia fue un calco del año anterior. Un sábado estratosférico. Vuela a una vuelta y se agarra a la pole para despachar la carrera con rutina funcionarial. La cruz la lleva Webber. Incomodísimo el héroe local por su irrelevante papel en Melbourne, anuncia una investigación a fondo hasta dar con el motivo del bajón. Dicen los suspicaces que el mensaje es claro para el australiano. Que el líder del equipo es Vettel y que esta vez sí que apostarán desde el inicio por su caballo ganador.

Mclaren

Magia exprés

Un invierno espantoso avanzaba la peor primavera. No dieron una en los test, enfrascados en soluciones artístico-imaginativas con sus escapes sopladores. Venía la tormenta pero enseñaron otra vez su enorme poder de reacción. Echaron abajo los proyectos futuristas y regresaron a una configuración tradicional. El paquete que tenían en Australia iba en otra dirección a lo que habían trabajado en invierno. Por arte de magia y en un santiamén, el coche volvió a funcionar. Hamilton aguantó el tipo y fue el único que se acercó a Vettel.

Ferrari

Paciencia y fe

Se ponen en manos de Fernando Alonso hasta que el Ferrari coja aire. Otra vez, como en 2010, sufre en los sábados y se recupera el domingo. El ritmo de carrera es bueno, cercano en ocasiones al de Vettel en Red Bull, pero el peaje de una clasificación floja sólo se paga con un piloto inspirado todos los domingos. En Maranello tocan a rebato para que la llegada a Europa les ponga en órbita. Mientras tanto, soluciones de urgencia para no dar el cante en Malasia y China. En el lado positivo estuvo su capacidad para optar por una estrategia a tres paradas cuando Alonso quedó retrasado en la salida.

Renault

Por Kubica

Ya en la pretemporada avanzaron que podían hacer cosas importantes. Impactados por el accidente de Kubica, se dijo que sin el polaco quedarían mermados. Llegó Heidfeld en su lugar, sin tiempo para adaptarse. El alemán comenzó flojo, pero los focos de Australia se posaron en Petrov. Hizo la mejor salida entre los 22 pilotos y se mantuvo firme con una estrategia a dos paradas y una buena gestión de los neumáticos. Por primera vez un ruso llegó al podio de la Fórmula 1.

Mercedes

La decepción

Les pusieron el cartel de alternativa al poder, pero el aterrizaje ha sido toda una bofetada. Rosberg volvió a ganar a Schumacher el sábado, pero ninguno terminó el domingo. Duraron 22 vueltas y regresaron sin puntos. Fracaso.

Hispania

Objetivo: salir corriendo

Con escasez de medios, salen por segundo año con el mismo objetivo de dejar a Virgin en la cola del pelotón. La nueva temporada comenzó con más problemas que la anterior. Llegaron sin kilómetros de entrenamiento a Australia y pagaron su inactividad quedando fuera de la carrera. La nueva norma del tiempo mínimo para salir a competir les dejó fuera de combate, pero desde el equipo adelantan un ambicioso plan de mejoras en el monoplaza del que esperan próximos frutos.