El Tuilla se quedó en el camino. Tras su derrota de ayer por 2-0 ante el filial de Las Palmas, los arlequinados seguirán un año más en Tercera División. El sueño de lograr la remontada y llegar a la segunda ronda de la fase de ascenso se evaporó rápidamente. La velocidad de los canarios les pasó factura y gracias a los goles de Roque y Juan Antonio Las Palmas Atlético sigue adelante en la lucha por llegar a Segunda B. Los amarillos, que regalaron el primer tiempo, liquidaron la contienda tras el descanso con dos grandes contragolpes, que conformaron un botín insalvable.

Tras el 0-2 de la ida, y ante la baja por sanción del goleador Naya -firmó 24 dianas en la presente temporada-, el equipo de Ricardo Bango apostó por una fórmula suicida que dio resultado en el campo anexo de Siete Palmas. Raúl, meta del filial amarillo, se erigió en el mejor jugador de la primera media hora, ya que impidió que los asturianos se adelantaran en varias ocasiones. Borja Prieto, en el minuto 7, estrenó el bombardeo. Israel y Achi tuvieron que multiplicarse para tapar la sangría y Roque puso fin a la dictadura del Tuilla con un disparo ajustado que provocó la intervención de Adrián.

El choque entró en una fase gris, donde primó el juego duro hasta que Sito, en el minuto 25, tuvo en sus botas el 0-1. El remate lo congeló el meta Raúl Lizoain, que seguía ganando enteros para destaparse como una figura crucial. Daylos, siempre al contragolpe, controló el balón por el costado derecho y brindó a Cristian el tanto de la tranquilidad, pero el ariete no tuvo su día.

La falta de ambición y el fuerte calor provocó un cortocircuito general en el bando amarillo. Borja Argüelles y Sito pudieron poner en franquía al Tuilla, pero la falta de pegada condenó el ímpetu de los de Bango. Como prueba, un botón: Borja Prieto, sin oposición, falló solo ante Raúl cuando se mascaba el 0-1. Roque, en el 34, y Cristian Herrera, ya en el tramo final, coquetearon con la meta enemiga, pero fue un espejismo. El primer acto fue de un Tuilla sin pegada.

Ya en el segundo tiempo, y ante la necesidad de sumar dos tantos para igualar la eliminatoria, el Tuilla estiró su línea ofensiva. Sobredosis de osadía. Borja Argüelles cedió para Mini y el meta Raúl estiró su puño de acero. Sito, en el minuto 59, tuvo la mejor ocasión del partido, pero su disparo se marchó rozando el poste. Y tuvo que ser en una contra, cuando el lateral Borja penetró hasta el área de Adrián y fue derribado por Tito. Penalti, y Roque, con sutileza, fusila al meta asturiano. El tanto provocó el caos. El Tuilla lo intentó a la desesperada, y Víctor Alfonso apostó por más talento para dinamitar la escasa resistencia de un rival herido de muerte. Juan Antonio, tras una soberbia acción de Álex Rivero, logró el 2-0 y la sentencia. Tras 180 minutos, el Tuilla muere por su falta de definición.

Al término del choque, el técnico de los asturianos, Ricardo Bango, aseguró que su equipo no bajó los brazos. «Dimos la cara en todo momento», señaló el entrenador del Tuilla, quien también se mostró satisfecho por la actitud de sus jugadores, que dominaron en toda la primera mitad. «Hemos gozado de numerosas oportunidades, pero, al igual que en la ida, nos faltó puntería», dijo.

Víctor Alfonso, el preparador local, resaltó el espíritu de lucha de sus jugadores y consideró «justo» el pase a la segunda eliminatoria. «Hemos manejado los tiempos de un choque muy intenso; al final, logramos resolver en dos acciones de peligro y seguimos compitiendo». Además, reconoce que la entrada de Álex Rivero aportó más creatividad al cuadro amarillo en el tramo final. «Ellos se lanzaron a la desesperada y aprovechamos nuestras ocasiones».