Vigo (Pontevedra),

Víctor RIVERA

«Lo que se ve desde dentro lo deja claro: el fútbol profesional sólo es dinero y corrupción. Es capitalismo, y el capitalismo es muerte. No quiero estar en un sistema que se basa en que la gente gana dinero gracias la muerte de otros en Sudamérica, África, Asia. Simplemente, mi yo interior me impide seguir en esto». El divorcio de Javi Poves con el fútbol se veía venir. El futbolista madrileño se debatía entre su pasión por el juego de la pelota y el rechazo frontal al profesionalismo que rodea al deporte más seguido en el mundo. Poves desveló sus inquietudes en un artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA el pasado mes de junio. Desde entonces ha ido madurando una idea que le daba vueltas en la cabeza y ha tomado la única salida que le permitía mantenerse en paz con su conciencia. El central ha dejado el fútbol.

Al igual que muchos jugadores que no cuajan en el fútbol profesional, Poves tenía la posibilidad de estirar su carrera jugando en Segunda B o en la Liga de algún país de un potencial menor. Esta última posibilidad la contempló durante largo tiempo, pero finalmente decidió seguir los dictados de su corazón y centrarse en vivir la vida tal cual la concibe. Un antisistema no tiene sitio en el fútbol profesional y por eso ha decidido irse: se ha matriculado en la UNED para estudiar Historia, la carrera que siempre le interesó, y seguirá aprendiendo italiano. Poves aclara, en unas declaraciones a «Lainformación.com», que «me sentía mal teniendo dos coches. No lo necesitaba».

La primera tarea en la nueva vida que inicia el madrileño es la de definirse como persona; «Me llaman antisistema, me han encasillado ahí, pero no sé lo que soy. Sí que sé que no quiero vivir prostituido, como el 99% de la gente. Si no puedo tener una vida limpia en España, la tendré en Birmania, donde sea», explica el que fuera futbolista del Sporting hasta la pasada temporada.

El primer paso para empezar una nueva vida es el de seguir formándose, aumentado el espectro cultural que le ayude a encontrar una identidad acorde con sus ideales: «Quiero conocer el mundo de verdad, saber lo que hay. Ir a África. Para eso no hace falta mucho dinero. Sin ir más lejos, he estado en Turquía en hoteles que costaban tres euros», señaló el madrileño de 25 años, que tuvo la oportunidad de debutar en Primera División en el partido frente al Hércules que cerró la temporada.

Poves alcanzó más relevancia por sus inquietudes sociales y políticas que por su trayectoria deportiva. Ahora se despide del fútbol dando un portazo y dejando frases muy contundentes. «¿De qué me sirve ganar 1.000 euros en vez de 800 si están manchados de sangre, si sé que se obtienen con el sufrimiento y la muerte de mucha gente? La suerte de esta parte del mundo es la desgracia del resto. En vez de tanto 15-M y tanta hostia, lo que hay que hacer es ir a los bancos y quemarlos, cortar cabezas. Así de claro te lo digo», argumenta haciendo extensivo su rechazo al movimiento del 15-M.