Gijón, Á. CABRANES

Hablar de enfrentarse al Sevilla siempre es un reto, pero si encima tienes enfrente a uno de los extremos más en forma del panorama nacional surgen nuevas motivaciones. Roberto Canella afrontará en el Sánchez Pizjuán su cuarto duelo con Jesús Navas, un futbolista al que sólo fue capaz de ganarle la partida en una ocasión. «Encima, me expulsaron a la media hora», recuerda el de Laviana sobre el encuentro en el que el Sporting ganó al Sevilla (1-0) en El Molinón hace tres temporadas. El rojiblanco buscará volver a anular al internacional sevillano, a quien define como «una tortura permanente. No sólo se conforma con encarar y buscarte la espalda con desmarques de ruptura. Es capaz de seguirte hasta el banderín de córner cuando te sumas al ataque».

En la tarea por detener el poderoso juego por banda del Sevilla, Roberto Canella fue pasándose el testigo con José Ángel durante las últimas tres temporadas. El de Roces fue testigo sobre el campo del último triunfo ante los hispalenses, logrado la pasada campaña en El Molinón (2-0), pero su venta coloca ahora a Canella como el candidato a plantarle cara a Jesús Navas en la banda izquierda. Será uno de los pulsos vitales para sacar un resultado positivo del Sánchez Pizjuán. «Hemos trabajado durante la semana las llegadas en ataque por los costados así como aspectos defensivos. Somos conscientes de que ellos basan su juego en estos aspectos. Hay que estar muy concentrados, porque Tanto Navas como Perotti son capaces de generar ocasiones en acciones aisladas», subraya el rojiblanco.

La posibilidad de que Preciado repita el once titular que se midió al Barcelona es para Canella «un síntoma de que el entrenador confía en que hemos hecho un buen trabajo», aunque es cauto ante la posibilidad de que pueda incluir cambios. También guarda recelo sobre la ausencia de Negredo, «ya que es un grandísimo futbolista, pero la plantilla del Sevilla cuenta con alternativas como Kanouté. No te puedes relajar». Canella también alerta sobre «la regularidad» de los equipos entrenados por Marcelino García Toral, un técnico al que conoció cuando lo subió al primer equipo durante algún entrenamiento y que lo quiso fichar cuando dirigió el Zaragoza.