No hay «sorpasso». El campeón sigue siendo el mejor equipo de la Liga y lo demostró anoche en el campo del líder de la forma que más duele: jugando mejor, remontando un gol a los veinticuatro segundos y dando una imagen de incuestionable superioridad. El Barcelona, damas y caballeros, juega mejor que el Real Madrid. El partido de anoche, que no fue el mejor posible, deja claro el mando en el fútbol español.

El Barcelona tiene una maquinaria perfecta en la fabricación de juego pero, sobre todo, tiene una defensa impecable, que deja en nada, por ejemplo, a un Cristiano Ronaldo que no da la talla ante los azulgrana. El partido de Puyol, por ejemplo, fue espléndido, lo mismo en el centro que en el lateral, cuando Alves adelantó su posición para acentuar la superioridad en la zona clave. El centro del campo del Madrid empezó bien, pero desapareció en cuanto Xabi Alonso vio una tarjeta amarilla y tuvo que cuidarse mucho para evitar una segunda. Con Özil en baja forma, Marcelo desaparecido, sólo quedaba la pelea de Lass para tapar las apariciones de los mediocampistas azulgrana, entre los que hay que incluir a Messi, especializado, por lo visto, en apuntillar al gran rival.

Al Madrid de Mourinho no le funcionan, cuando más los necesita, sus hombres más importantes. El Madrid no puede superar al Barcelona cuando los mejores del partido son Lass o Coentrão. Necesita a los Cristiano Ronaldo, a los Xabi Alonso, a Pepe o a Sergio Ramos. Los dos centrales blancos, presentados hace un mes como los mejores del mundo, tuvieron una infeliz noche, sometidos a una dictadura azulgrana a la que se ha incorporado el chileno Alexis que, al parecer, ha pasado por delante de Villa. Marcó un buen gol tras gran jugada de Messi, y protestó bastante. Fue un momento decisivo del partido porque avanzaba la primera parte y el mando catalán no se había trasladado al marcador, ocupado por el gol de Benzema tras regalo de Víctor Valdés y rebotes favorables a los blancos.

Ni el gol tan tempranero le valió al Madrid para montar su amado contragolpe. El Barcelona tiene una defensa de impresión como todo equipo grande. Noche dura para un Bernabeu que vio a su equipo perseguir al rival y buscar sin fruto un balón que, mediado el primer tiempo, se tiñó de azulgrana para devolver la Liga a donde solía estos últimos años. Las supuestas dudas que habían abierto unos tropiezos azulgrana se han terminado. El título tiene dueño.