Langreo, Pablo ANTUÑA

Hace dos décadas, Rafael González, un joven de Riaño (Langreo), partió para vivir en un pequeño pueblo turístico de la costa mediterránea francesa llamado Banyuls sur Mer. Allí descubrió su pasión por el buceo deportivo y tras varios años trabajando como instructor ha descubierto una técnica que pretende que se implante en el mundo del deporte y en especial en el del tenis: el «sub-training». «Igual que se trabaja en altura para mejorar las condiciones de oxígeno, trabajar bajo el agua permite mejorar aspectos como el control de la respiración, la sincronización y la resistencia», analiza Rafael González.

A sus 40 años, actúa de preparador mental y físico de deportistas de alto nivel y utiliza el «sub-training» para completar y mejorar el entrenamiento de sus deportistas. La idea nació de forma espontánea, jugando bajo el agua y disfrutando de la movilidad. Para ello, el deportista utiliza una máscara facial que le permite respirar por la boca y nariz, a la par que dispone de un sistema que le permite comunicarse y hablar. Además, para ahorrar el peso de la bombona de oxígeno en la espalda, cada deportista lleva un tubo de 10 metros de longitud que le permite respirar sin tener que cargar con la bombona de oxígeno. Y por último, los practicantes del «sub-training» llevan una especie de chaleco con pesos de plomo que hace que los deportistas no floten y tengan movilidad bajo el agua.

La técnica está encaminada a deportes como el tenis, las artes marciales y la esgrima. «Lo importante es intentar que el trabajo sea lo más parecido al de tierra, con la diferencia de que hay que controlar la respiración, saber en qué momentos hay que inspirar y expirar, lo que hace que se obtenga una mayor resistencia. Además, se pueden perfeccionar movimientos, posición de los pies, técnicas de golpeo y corregir malos hábitos», explica. El proyecto de este langreano está enfocado a que se practique para «romper con la rutina y trabajar de forma más lúdica mediante este tipo de actividades que permitan mantener la motivación». El plan del «sub-training» estima que debe practicarse en sesiones de 20 minutos con una hora como máximo a la semana.

El plan de promoción del «sub-training» continúa y Rafael González pondrá en marcha un proyecto en Francia por medio del Instituto Nacional de Ciencias del Deporte. El trabajo consistirá en probar los beneficios en el golf de ocho deportistas que simulen los movimientos bajo el agua frente a otros ocho que trabajen en la superficie. Es el proyecto más cercano, pero este langreano no cesa en su empeño de implantar su idea en todos los ámbitos y ya trabaja con la Federación Española de Tenis para llevar a cabo esta misma idea en el CAR (Centro de Alto Rendimiento de Barcelona).